Cuando Rebeca supo lo que andaba planeando Esaú, mandó llamar a Jacob y le dijo: —Tu hermano Esaú solo espera el momento de matarte.
Génesis 27:41 - Biblia Lenguaje Básico Desde entonces Esaú no dejó de odiar a Jacob, su hermano, por haberle quitado la bendición de su padre, y tenía planes de matarlo tan pronto como su padre muriera. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob. Biblia Nueva Traducción Viviente Desde ese momento, Esaú odió a Jacob, porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi hermano Jacob». Biblia Católica (Latinoamericana) Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: 'Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob. La Biblia Textual 3a Edicion Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que lo había bendecido su padre, y dijo Esaú en su corazón: Se acercan los días del luto de mi padre, entonces podré matar a Jacob mi hermano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Esaú sintió gran odio por Jacob a causa de la bendición con que lo había bendecido su padre y se dijo Esaú en su corazón: 'Se acercan los días del duelo por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esaú aborreció a Jacob a causa de la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y entonces yo mataré a mi hermano Jacob. |
Cuando Rebeca supo lo que andaba planeando Esaú, mandó llamar a Jacob y le dijo: —Tu hermano Esaú solo espera el momento de matarte.
Tú me prometiste que me iría bien, y que mis descendientes llegarían a ser como la arena del mar, que no se puede contar. ¡Líbrame ahora de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que venga y nos mate a todos.
Después de eso, Jacob envió unos mensajeros a su hermano Esaú, que vivía en la región de Edom, con estas instrucciones: —Tu siervo Jacob te hace saber que hasta ahora ha estado viviendo con su tío Labán.
Cuando los mensajeros regresaron, dijeron a Jacob: —Fuimos y hablamos con tu hermano Esaú, y él mismo viene a recibirte, al frente de cuatrocientos hombres.
Después de una vida tan larga, murió en paz, y sus hijos Esaú y Jacob lo enterraron en la tumba de la familia.
Cuando lo vieron acercarse, antes de que llegara, se pusieron de acuerdo para matarlo.
Pero sus hermanos lo odiaban y le hablaban mal, pues veían que su padre lo quería más que a ellos.
Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe! Y el odio aumentaba en ellos según escuchaban los sueños de José.
Al ver que su padre había muerto, los hermanos de José pensaron: —¿Qué vamos a hacer si José todavía está enfadado con nosotros y quiere vengarse por lo que le hicimos?
Más tarde, encargó a sus médicos particulares que prepararan el cuerpo de su padre para embalsamarlo. Así lo hicieron los médicos.
Lo sacaron del carro de combate en el que estaba, lo pasaron a otro de sus carros y lo llevaron a Jerusalén donde murió. Lo enterraron en el cementerio de sus antepasados, y todos en Judá y Jerusalén lamentaron en gran manera la muerte de Josías.
Cuando me siento deprimido, te digo lo que me angustia. Tú sabes cómo me comporto y sabes también que a mi paso me han tendido una trampa.
Andaba yo muy triste y con la cabeza inclinada, como si hubiera muerto mi madre, mi hermano o mi amigo.
Vosotros siempre habéis sido enemigos de los israelitas. Cuando yo castigué a mi pueblo a causa de sus muchos pecados, vosotros luchasteis contra él a punta de espada.
Los israelitas guardaron luto por Moisés en los llanos de Moab durante treinta días, cumpliendo así el tiempo acostumbrado para el duelo.
Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y rebeldes y andábamos perdidos, siendo esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Éramos malvados y envidiosos y todo el mundo nos odiaba; incluso nosotros mismos nos odiábamos unos a otros.