Como Efrón, el hitita, estaba sentado entre ellos, respondió a Abrahán en voz alta, para que lo oyeran todos los presentes allí reunidos, a la puerta de la ciudad.
Génesis 23:9 - Biblia Lenguaje Básico de que me venda la cueva que tiene en Macpelá, la que está al final de su campo. Decidle que me la venda en su justo precio, para que yo tenga en vuestro territorio una tumba de mi propiedad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente que me permita comprar su cueva en Macpela, que está al final de su campo. Yo pagaré el precio total en presencia de testigos, a fin de tener un lugar permanente donde enterrar a mi familia. Biblia Católica (Latinoamericana) para que me ceda la cueva de Macpelá, que es suya y está al borde de su finca. Que me la dé por su precio justo, y que sea en adelante propiedad mía en medio de ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion para que me dé la cueva de la Makpelah° que tiene al final de su campo, que por plata cabal° me la dé como propiedad de sepultura entre vosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 para que me dé la cueva de Macpelá, de su propiedad, que está en el extremo de su campo. Que me la ceda en propiedad sepulcral, por un precio convenido, en medio de vosotros'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) para que me dé la cueva de Macpela, que él tiene al extremo de su heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros. |
Como Efrón, el hitita, estaba sentado entre ellos, respondió a Abrahán en voz alta, para que lo oyeran todos los presentes allí reunidos, a la puerta de la ciudad.
—Aunque no soy más que un extranjero que ha venido a vivir entre vosotros, vendedme algún terreno en donde pueda enterrar a mi mujer.
les dijo: —Si realmente estáis de acuerdo en que yo entierre aquí a mi mujer, os ruego que intentéis convencer a Efrón, hijo de Sojar,
Abrahán había comprado el campo y la cueva a los hititas y allí fueron enterrados él y Sara, su mujer.
Después de bendecirlos, Jacob dio a sus hijos las siguientes instrucciones: —Ya me falta poco para morir. Por favor, enterradme en la tumba de mis antepasados. Me refiero a la cueva y al campo que Abrahán compró a Efrón el hitita para enterrar a su mujer Sara. Allí están enterrados Abrahán e Isaac con su mujer Rebeca; y allí también enterré a Lía. Esa cueva está en Canaán, en el campo de Macpelá, cerca de Mamré.
David le dijo: —He venido a comprarte la era donde estás trillando. Quiero construir en ella un altar para Dios. Véndemela por su precio justo en plata. Así se detendrá la peste que está matando al pueblo.
Pero el rey David contestó a Ornán. —No será así, sino que te compraré la era por su precio justo en plata, pues no quiero presentar a Dios lo que es tuyo, ni ofrecerle algo que no me ha costado nada.
Si alguien os trata mal, no le paguéis con la misma moneda. Al contrario, buscad siempre hacer el bien a todos.
No debáis nada a nadie. La única deuda que debéis tener es la de amaros unos a otros. El que ama a los demás ya ha cumplido con todo lo que la ley exige.