David dijo a Natán: —Reconozco que he pecado contra Dios. Natán le contestó: —Por eso mismo Dios te ha perdonado, y no vas a morir.
Éxodo 9:27 - Biblia Lenguaje Básico Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: —Admito que esta vez he hecho mal. La culpa es mía y de mi pueblo y no es de Dios que es justo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el faraón enseguida mandó llamar a Moisés y a Aarón. —Esta vez he pecado —confesó—. El Señor es el justo, y mi pueblo y yo estamos equivocados. Biblia Católica (Latinoamericana) Por fin, Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: '¡Ahora sí que tengo la culpa! Yavé es el justo; yo y mi pueblo somos los culpables. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez. YHVH es el Justo, y yo y mi pueblo los malvados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: 'Esta vez he pecado. Yahveh es justo; yo y mi pueblo somos culpables. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez: Jehová es justo, y yo y mi pueblo somos impíos. |
David dijo a Natán: —Reconozco que he pecado contra Dios. Natán le contestó: —Por eso mismo Dios te ha perdonado, y no vas a morir.
Los pueblos que no te conocen han caído en su propia trampa; han quedado atrapados en la red que ellos tendieron.
El faraón llamó urgentemente a Moisés y a Aarón, y les dijo: —Me he portado muy mal con vuestro Dios y con vosotros.
Por favor, perdonadme una vez más y suplicad a vuestro Dios que me libre de este castigo mortal.
Moisés dijo: —En cuanto salga yo de aquí, pediré a Dios que mañana mismo aleje de Egipto las moscas. Pero lo haré siempre y cuando el faraón permita, de una vez por todas, que mi pueblo vaya y ofrezca sacrificios a nuestro Dios.
Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón. Luego Moisés rogó a Dios que alejara del faraón las ranas que había mandado sobre él.
Siempre Dios actúa con justicia; soy yo quien ha sido rebelde. ¡Escuchad, naciones todas! ¡Mirad cómo sufro! ¡El enemigo se llevó prisioneros a mis muchachos y muchachas!
Así que fueron a decirle a Moisés: —Reconocemos que no hemos hecho bien al protestar contra Dios y contra ti. ¡Por favor, pídele a Dios que se lleve de aquí las serpientes! Moisés pidió a Dios que perdonara a los israelitas,
Balaán respondió al ángel de Dios: —He pecado, Señor. Yo no sabía que eras tú quien me cerraba el paso en el camino. Pero si no quieres que vaya a Moab, ahora mismo regresaré a mi casa.
y les dijo: —He pecado entregando a un inocente. Ellos le contestaron: —¡Y eso qué nos importa! ¡Es tu problema!
Pero si insistís en desobedecerle y no os arrepentís, haréis que Dios os aumente el castigo. Llegará el día del juicio final, cuando Dios juzgará a todos y en su ira castigará a los que se han empeñado en hacer el mal.
Sabemos que la ley de Moisés tiene valor para los que se someten a ella. Y lo que la ley dice, es para que nadie pueda declararse inocente; es para que todo el mundo se reconozca culpable ante Dios.
—Es cierto —le respondió Acán a Josué—. ¡He pecado contra el Dios de Israel! Lo que pasó fue
Saúl dijo a Samuel: —Tienes razón. Mi pecado ha sido no obedecer a Dios y no seguir tus instrucciones. Pero es que tuve miedo al pueblo y me sometí a su voluntad.
Saúl le rogó: —Reconozco mi pecado pero, por favor, ¡trátame como rey delante de los jefes del pueblo y de toda la gente! ¡Ven conmigo y rindamos culto a Dios!
Entonces Saúl le contestó: —¡David, hijo mío! Me he portado como un necio contigo y he cometido un grave error. Pero vuelve, que no te haré ningún mal pues tú hoy me has perdonado la vida.