Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: —Eligid vosotros un toro y preparadlo primero, pues vosotros sois muchos. Suplicad a vuestro dios que envíe fuego, pero vosotros no lo encendáis.
Éxodo 8:9 - Biblia Lenguaje Básico Dios lo hizo así, y se murieron las ranas que había en las casas, en los patios y en los campos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Tú fija la hora! —respondió Moisés—. Dime cuándo quieres que ore por ti, por tus funcionarios y por tu gente. Entonces tú y tus casas se librarán de las ranas, y estas quedarán solo en el río Nilo. Biblia Católica (Latinoamericana) y Yavé cumplió la promesa de Moisés: todas las ranas salieron de las casas, de las granjas y de los campos, y murieron. La Biblia Textual 3a Edicion Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate señalarme para cuándo he de suplicar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas se quiten de ti y de tus casas, y sean dejadas sólo en el Nilo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escuchó Yahveh la petición de Moisés, y murieron las ranas en las casas, en las granjas y en los campos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Moisés a Faraón: Gloríate sobre mí: ¿cuándo debo orar por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río? |
Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: —Eligid vosotros un toro y preparadlo primero, pues vosotros sois muchos. Suplicad a vuestro dios que envíe fuego, pero vosotros no lo encendáis.
Los egipcios juntaron en montones las ranas muertas, y todo el país olía muy mal.
Pero tal como Dios lo había dicho, en cuanto el faraón vio que ya todo había pasado, se volvió aún más terco y no cumplió lo prometido.
Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón. Luego Moisés rogó a Dios que alejara del faraón las ranas que había mandado sobre él.
Pero Dios dice: «El rey de Asiria está equivocado, porque ni el hacha ni la sierra son más importantes que el hombre que las maneja. ¡Dónde se ha visto que el bastón controle al que lo usa!».
Dios dijo a Gedeón: —Hay demasiados soldados en tu ejército, y van a pensar que la victoria sobre los madianitas será de ellos y no mía.