Yo nunca he vivido en una casa desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy. Siempre he vivido en una tienda de lona que me servía de santuario. ¿He pedido acaso a los jefes de Israel alguna vez que me hicieran una casa de maderas finas?
Quiero también que hagas un Arca de madera de acacia. Debe medir un metro y diez centímetros de largo, sesenta y cinco centímetros de ancho, y sesenta y cinco centímetros de alto.
la Tienda del encuentro, el Arca del pacto, la mesa para el pan, el candelabro de oro puro, el altar del incienso, el altar de las ofrendas que deben ser quemadas, el recipiente de bronce con su base, las ropas sagradas del sacerdote Aarón y de sus hijos, cuando actúen como sacerdotes, el aceite que se usa para consagrar, el incienso de olor agradable para la Tienda del encuentro, y todos los utensilios para el culto. Todo esto deberán hacerlo siguiendo las instrucciones que te he dado.
Los israelitas siguieron al pie de la letra las instrucciones que Dios le había dado a Moisés, y terminaron la construcción de la Morada. Fueron entonces a ver a Moisés y le hicieron entrega oficial de la Tienda del encuentro y de todos sus utensilios, así como del pan dedicado a Dios, el aceite que se usa para consagrar, el incienso perfumado, los trajes para el servicio de la Morada, la Tienda del encuentro, y los trajes sacerdotales de Aarón y de sus hijos.
A continuación, Aarón mojará su dedo en la sangre del ternero y rociará con ella uno de los costados de la tapa de oro que cubre el Arca del pacto. Luego, con esa sangre rociará siete veces la parte delantera de la tapa.
—Cuando el pueblo levante el campamento para irse a otro lugar, Aarón y sus hijos vendrán y quitarán el velo del Lugar Santísimo, y con él cubrirán el Arca del pacto.
Entonces se abrieron las puertas del Templo de Dios, que está en el cielo, y dentro del Templo podía verse el arca de su pacto. Hubo relámpagos, un resonar de truenos, un gran terremoto y una fuerte granizada.