Allí, sobre la tapa que hay entre los dos querubines, yo me encontraré contigo y te diré lo que los israelitas deben o no deben hacer.
Éxodo 29:42 - Biblia Lenguaje Básico Todos vuestros descendientes deberán presentarme siempre estas ofrendas a la entrada de la Tienda del encuentro, porque es allí donde me encontraré con los israelitas y hablaré contigo. Mi presencia hará de ese lugar algo muy especial. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Esto será el holocausto continuo por vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para hablaros allí. Biblia Nueva Traducción Viviente »Estas ofrendas quemadas deberás presentarlas cada día, de generación en generación. Ofrécelas en presencia del Señor, a la entrada del tabernáculo; allí me encontraré contigo y te hablaré. Biblia Católica (Latinoamericana) Este es el holocausto perpetuo que se ofrecerá a Yavé de generación en generación a la entrada de la Tienda de las Citas, allí mismo donde me encuentro contigo para hablarte. La Biblia Textual 3a Edicion Éste será el holocausto perpetuo durante vuestras generaciones, el cual será ofrecido a la entrada de la Tienda de Reunión, en presencia de YHVH, donde me reuniré con vosotros, para hablar contigo allí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Es el holocausto que se perpetuará para vosotros de generación en generación, a la entrada de la tienda del encuentro, delante de Yahveh, donde me entrevistaré contigo para hablarte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Esto será holocausto continuo por vuestras generaciones a la puerta del tabernáculo de la congregación delante de Jehová, en el cual me encontraré con vosotros, para hablaros allí. |
Allí, sobre la tapa que hay entre los dos querubines, yo me encontraré contigo y te diré lo que los israelitas deben o no deben hacer.
Con el cordero de la tarde harás exactamente lo mismo. Ambas serán ofrendas totalmente quemadas en mi honor, y su aroma llegará hasta mí como un olor agradable.
Moisés colocó una tienda fuera del campamento y la llamó «Tienda del encuentro». Si alguno quería hablar con Dios, salía del campamento y entraba en la Tienda.
En ese momento oí que alguien me hablaba desde el Templo mientras el hombre aquel estaba en pie a mi lado