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Éxodo 14:26 - Biblia Lenguaje Básico

Dios entonces dijo a Moisés: —Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua se vuelva a juntar y cubra a los egipcios, a sus carros y a sus caballos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando todos los israelitas habían llegado al otro lado, el Señor le dijo a Moisés: «Extiende otra vez tu mano sobre el mar, y las aguas volverán con fuerza y cubrirán a los egipcios, a sus carros y a sus conductores».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Yavé dijo a Moisés: 'Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volverán sobre los egipcios, sus carros y sus caballos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces YHVH dijo a Moisés: ¡Extiende tu mano sobre el mar, y vuélvanse las aguas sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo luego Yahveh a Moisés: 'Extiende tu mano sobre el mar, y que las aguas regresen sobre los egipcios, sobre sus carros y los guerreros de sus carros'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre su caballería.

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Lòt tradiksyon



Éxodo 14:26
12 Referans Kwoze  

Entonces el faraón ordenó a los egipcios que tiraran al río a todos los niños israelitas que nacieran, pero que dejasen con vida a las niñas.


Toma la vara y extiende tu brazo sobre el mar y este se abrirá en dos, para que el pueblo pueda pasar por en medio, caminando sobre tierra seca.


Entonces Moisés y los israelitas cantaron en honor de Dios este himno: «Voy a cantar en honor de mi Dios, pues ha logrado una gran victoria: ¡hundió en el mar caballos y jinetes!


Hundió en el mar los carros egipcios, ¡el ejército entero del faraón! ¡Mi Dios ahogó en el mar de los Juncos a los mejores soldados de Egipto!


Así pues, Dios dijo a Moisés: —Manda a Aarón que tome su vara y que extienda su brazo sobre todos los ríos, arroyos, lagunas y depósitos de agua que hay en Egipto, para que se conviertan en sangre. Porque todas las aguas del país de Egipto, incluso el agua guardada en los recipientes de piedra y de madera, se convertirán en sangre.


Moisés contestó al faraón: —Muy bien, majestad. Dime cuándo quieres que ruegue a Dios por ti, por tus servidores y por tu pueblo, para que las ranas se retiren de tu palacio y se queden solo en el río.


Así como hubo un camino para Israel cuando salió de Egipto, habrá un camino de regreso para los que hayan quedado en Asiria.


Si sois muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con vosotros, y os tratará como vosotros tratéis a los demás.


Los discípulos preguntaban asombrados: —¿Quién será este hombre, que hasta el viento y las olas le obedecen?


Por eso debéis tener en cuenta que Dios no tendrá compasión de quienes no se compadecieron de otros. Pero los que tuvieron compasión de otros, saldrán bien del juicio.


Tus enemigos derramaron la sangre de tu pueblo santo y también de tus profetas. Por eso ahora tú les das a beber sangre. ¡Bien merecido lo tienen!