Luego José besó a todos sus hermanos y lloró con ellos; fue en ese momento cuando sus hermanos se atrevieron a hablarle.
Cantares 1:2 - Biblia Lenguaje Básico ¡Ay, amado mío, cómo deseo que me beses! Prefiero tus caricias más que el vino; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. Biblia Nueva Traducción Viviente Bésame, una y otra vez, porque tu amor es más dulce que el vino. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Que me bese
con los besos de su boca! La Biblia Textual 3a Edicion Ella ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque tus caricias° son mejores que el vino.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Que me bese con besos de su boca! Mejores son que el vino tus amores; Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Que me bese con los besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. |
Luego José besó a todos sus hermanos y lloró con ellos; fue en ese momento cuando sus hermanos se atrevieron a hablarle.
así evitaréis que se enfade, pues fácilmente se enfurece y podría quitaros la vida. ¡Felices los que en él confían!
Tus decisiones son justas, son firmes como las montañas y profundas como el mar. ¡Personas y animales están bajo tu cuidado!
¡Vamos, date prisa y llévame contigo! ¡Llévame ya a tus habitaciones, rey de mi vida! Por ti haremos fiesta, por ti estaremos alegres; nos olvidaremos del vino y disfrutaré de tus caricias. ¡Con razón las mujeres te aman tanto!
¡Qué dulces son tus caricias, hermana y novia mía! ¡Son más dulces que el vino! ¡Más fragantes tus perfumes que todos los bálsamos!
Hay dulzura en sus labios; ¡es un hombre encantador! ¡Así es mi amado, muchachas de Jerusalén! ¡Así es mi amado!
Ven conmigo, amado mío, acompáñame al campo. Pasaremos la noche en las aldeas.
Tu cabeza sobresale como la cumbre del Carmelo; hilos de púrpura parecen tus cabellos; ¡cautivo de tus rizos ha quedado el rey!
He pensado en subir a ella y hacer míos esos racimos. Tus pechos serán como racimos de uvas, y tu aliento tendrá fragancia de manzanas.
El Dios todopoderoso prepara en Jerusalén un banquete para todas las naciones. Allí hay ricos manjares, comidas deliciosas, y los mejores vinos.
Mientras estaban comiendo, Jesús tomó un pan y dio gracias a Dios. Luego lo partió, lo dio a sus discípulos y les dijo: —Tomad y comed; esto es mi cuerpo.
Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y corrió hacia él lleno de amor recibiéndolo con besos y abrazos.
Seguimos nuestro viaje desde Tiro hasta el puerto de Tolemaida. Allí saludamos a los hermanos creyentes, y ese día nos quedamos con ellos.
Saludaos unos a otros con un beso de hermanos. Le pido a Dios que os dé paz a todos vosotros, los que pertenecéis a Cristo.