Apocalipsis 1:13 - Biblia Lenguaje Básico En medio de los candelabros vi a alguien que tenía figura humana y vestía una ropa que le llegaba hasta los pies y a la altura del pecho llevaba un cinturón de oro. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Biblia Nueva Traducción Viviente Y de pie en medio de los candelabros había alguien semejante al Hijo del Hombre. Vestía una túnica larga con una banda de oro que cruzaba el pecho. Biblia Católica (Latinoamericana) y en medio de los candeleros vi como a un hijo de hombre vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho. La Biblia Textual 3a Edicion y en medio de los siete° candelabros, a uno semejante al Hijo del Hombre,° vestido de una túnica talar° y ceñido a la altura del pecho con una faja de oro°. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ceñido a la altura del pecho con un ceñidor de oro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. |
Entonces alguien más, que también parecía un hombre, me tocó los labios. Yo entonces le dije: —Mi señor, lo que estoy viendo me llena de angustia y me deja sin fuerzas. ¿Cómo quieres que te hable, si casi no puedo respirar?
Mientras yo tenía esta visión, alguien parecido a un ser humano apareció entre las nubes y se acercó al anciano.
Seguía yo mirando y vi que aparecieron unos tronos. Un anciano se sentó sobre ellos: su ropa era blanca como la nieve, y su pelo era blanco como la lana.
Luego le puso a Aarón el manto sacerdotal y se lo ajustó con el cinturón. También le puso la túnica, y sobre ella el pectoral que ajustó a la túnica con la cinta de la túnica.
El Jefe de los sacerdotes que tenemos es Jesús y ha experimentado las mismas pruebas que nosotros, pero sin caer en el pecado; por eso puede compadecerse de nuestras debilidades.
Volví a mirar y vi una nube blanca sobre la que estaba sentado alguien que parecía un hijo de hombre. Tenía una corona de oro en la cabeza y en la mano llevaba una hoz afilada.
De allí salieron los siete ángeles con las siete terribles calamidades. Estaban vestidos con túnicas de una tela fina y brillante, y llevaban alrededor del pecho bandas doradas.
Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Yo sostengo las siete estrellas en mi mano derecha y me paseo entre los siete candelabros de oro. Pon atención a lo que te voy a decir: