Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




2 Pedro 1:16 - Biblia Lenguaje Básico

Cuando os hablábamos acerca del regreso lleno de poder de nuestro Señor Jesucristo, no estábamos inventando una historia, ya que con nuestros propios ojos vimos el gran poder de nuestro Señor.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues no estábamos inventando cuentos ingeniosos cuando les hablamos de la poderosa venida de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros vimos su majestuoso esplendor con nuestros propios ojos

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

En efecto, no hemos sacado de fábulas o de teorías inventadas lo que les hemos enseñado sobre el poder y la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. Con nuestros propios ojos hemos contemplado su majestad

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de Jesús el Mesías, nuestro Señor, siguiendo fábulas artificiosas, sino como testigos oculares de su majestad.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues os dimos a conocer el poder y la parusía de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo sutiles mitos, sino en cuanto testigos oculares de su grandeza.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas artificiosas; sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



2 Pedro 1:16
40 Referans Kwoze  

Porque yo, el Hijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles, para dar su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal.


Os aseguro que algunos de vosotros, que estáis aquí conmigo, no moriréis hasta que me vean llegar como Rey.


Seis días después, Jesús llevó a Pedro y a los hermanos Santiago y Juan hasta un monte alto, para estar a solas con ellos.


Cuando yo, el Hijo del hombre, venga, todos me verán, pues mi venida será como un relámpago que ilumina todo el cielo.


Después, Jesús y sus discípulos se fueron al monte de los Olivos. Jesús se sentó y, cuando ya estaban solos, le preguntaron los discípulos: —¿Cuándo sucederá eso que dices? ¿Cómo conoceremos tu venida y la llegada del fin del mundo? ¿Cuáles serán las señales?


Pero Jesús se acercó y les dijo: —Dios me ha dado todo el poder para que gobierne en el universo entero.


Entonces me verán a mí, el Hijo del hombre, venir sobre las nubes del cielo con mucho poder y gloria.


Jesús le respondió: —Sí, lo soy. Y me veréis a mí, el Hijo del hombre, venir entre las nubes del cielo con el poder y la autoridad que Dios todopoderoso me da.


Toda la gente estaba asombrada del gran poder de Dios. Mientras la gente seguía asombrada por todo lo que Jesús hacía, él dijo a sus discípulos:


Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único del Padre, que le ha llenado de gracia y de verdad.


Tú me diste autoridad sobre todos los que viven en el mundo, y también poder para dar vida eterna a todos los que me diste como mis seguidores.


Y es que Cristo no me mandó a bautizar, sino a anunciar la buena noticia. Y no me mandó a anunciarla con palabras elegantes. De otro modo, la muerte de Cristo en la cruz no habría servido para nada.


Pero nosotros anunciamos que Jesús es el Mesías, ¡y que murió en la cruz! Para los judíos, esto es algo absurdo; y para los que no son judíos, es cosa de locos.


Por eso, mientras esperáis que Jesucristo vuelva, no os faltará ninguna bendición de Dios.


Hermanos en Cristo, cuando fui a vosotros, para hablaros de los planes que Dios tenía en secreto, no lo hice con palabras difíciles de entender ni traté de impresionaros.


No fui a vosotros como un sabelotodo, ni usé palabras elegantes. Solo dejé que el Espíritu de Dios mostrara su poder y os convenciera.


Algunos anuncian el mensaje de Dios solo para ganarse la vida, pero nosotros no lo hacemos así. Al contrario, Dios es testigo de que, unidos a Cristo, trabajamos con sinceridad y honradez, proclamando lo que Dios nos inspira.


No hacemos nada que sea vergonzoso ni actuamos a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos solo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros.


Ya no seremos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde otra, y que fácilmente son engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta que recurre a toda clase de trampas.


Nuestros débiles cuerpos serán transformados en cuerpos gloriosos como el suyo. Esto lo hará con el mismo poder con que controla todo el universo.


Y es que cuando nuestro Señor Jesús regrese, solo vosotros seréis nuestra esperanza, nuestro orgullo y nuestra felicidad.


Mándales que no pierdan el tiempo estudiando las historias falsas y las interminables listas de sus antepasados. Los que se interesan en esas cosas discuten por nada y eso no les ayuda a aceptar con fe el plan de Dios.


No prestes atención a historias falsas que la gente inventa. Más bien, esfuérzate por ser un buen discípulo de Jesucristo.


Ayúdales a no prestar atención a mandamientos dados por gente mentirosa, ni a cuentos inventados por los judíos.


Esos falsos maestros desearán tener cada vez más dinero y tratarán de explotaros a base de mentiras. Pero Dios ha decidido castigarlos desde hace mucho tiempo y no se salvarán de ese castigo.


Nosotros mismos lo hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo.


Hace ya mucho tiempo Enoc, que fue el séptimo patriarca después de Adán, habló de esta gente y dijo: «Mirad, Dios viene acompañado de miles y miles de sus ángeles.


¡Mirad! ¡Cristo viene entre las nubes! Todos lo verán venir, incluso los que lo mataron; y todos los habitantes del mundo llorarán por él. Así sucederá. Amén.