Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
2 Corintios 1:4 - Biblia Lenguaje Básico Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) El nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion que nos consuela° en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él nos consuela en toda tribulación, hasta el punto de que, mediante esa consolación con la que a nosotros mismos nos consuela Dios, podamos consolar a los que están en toda clase de tribulación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios. |
Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, y haces que celebre con cánticos mi liberación.
Prestadme atención, los que veneráis a Dios; venid, que voy a contaros lo que Dios ha hecho por mí.
Dame una prueba de que sigues siendo bueno conmigo. Así quedarán en ridículo mis enemigos al ver que tú me das ayuda y consuelo.
Ese día, el pueblo de Israel cantará: «Te doy gracias, Dios mío, porque aunque estuviste airado, ya se te pasó la ira y me has llenado de consuelo.
No pasaréis hambre ni sed, ni os molestará el sol ni el calor, porque yo os amo y os guío, y os llevaré a fuentes de agua.
«Soy yo mismo el que os anima. ¿Por qué tenéis miedo a simples seres humanos que no son más que hierba?
Aunque Jerusalén está en ruinas, yo voy a consolarla y a convertirla en un hermoso jardín, como el jardín que planté en Edén. Entonces Jerusalén se alegrará y cantará canciones de alabanza.
Jerusalén que estás en ruinas, entona canciones de alegría porque Dios se ha compadecido de su pueblo y ha decidido tu liberación.
Y yo pediré al Padre que os envíe al Espíritu Santo, para que siempre os ayude y siempre esté con vosotros.
El Abogado defensor, es decir el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y hará que recordéis todo lo que yo os he dicho.
Esto nos hace sentir mejor. Tito está muy contento, pues vosotros le habéis ayudado a seguir adelante. Eso nos ha alegrado más todavía.
Me siento orgulloso de vosotros y tengo tanta confianza en vosotros que estoy muy contento, a pesar de todas las dificultades por las que hemos tenido que pasar.
Además, al verme así, muchos hermanos se han animado a anunciar el mensaje de Dios sin miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo.
Por eso, animaos unos a otros y ayudaos a fortalecer vuestra vida cristiana, como ya lo estáis haciendo.
Por todo ello, no debemos dejar de confiar totalmente en Dios. Si la vida es como un camino que hay que recorrer, y vosotros tenéis ya cansadas las manos y débiles las rodillas, tomad nuevas fuerzas.