¡El momento ha llegado! Recordad que Dios prometió a David que por medio de él libraría a Israel de los filisteos y de todos sus enemigos.
1 Samuel 9:16 - Biblia Lenguaje Básico —Mañana, a esta misma hora, te enviaré a un hombre de la tribu de Benjamín. Derramarás aceite sobre su cabeza en señal de que será jefe de mi pueblo Israel. Él librará a mi pueblo de los filisteos, porque he escuchado las quejas de mi pueblo y he visto cómo sufre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí. Biblia Nueva Traducción Viviente «Mañana a esta hora te enviaré a un hombre de la tierra de Benjamín. Úngelo para que sea el líder de mi pueblo, Israel. Él lo librará de los filisteos, porque desde lo alto he mirado a mi pueblo con misericordia y he oído su clamor». Biblia Católica (Latinoamericana) Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí'. La Biblia Textual 3a Edicion Mañana a esta hora te enviaré un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel. Él librará a mi pueblo de mano de los filisteos, porque Yo he visto a mi pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Mañana a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín: tú lo ungirás por jefe de mi pueblo Israel; él será quien salve a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás para que sea capitán sobre mi pueblo Israel, y él salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí. |
¡El momento ha llegado! Recordad que Dios prometió a David que por medio de él libraría a Israel de los filisteos y de todos sus enemigos.
—Vuelve y dile al rey que yo, el Dios de su antepasado David, he escuchado su oración y he visto sus lágrimas. Dile que voy a sanarlo y que le concederé quince años más de vida. Dentro de tres días ya podrá venir a mi Templo para adorarme. Además, por amor a mí mismo y a David, que me ha sido fiel en todo, salvaré a Ezequías y a Jerusalén del poder del rey de Asiria.
Ten en cuenta que me encuentro triste y con problemas; ¡perdona todos mis pecados!
Entonces Samuel sacó una vasija de aceite y la derramó sobre la cabeza de Saúl; luego le dio un beso y le dijo: —Hoy te ha elegido Dios para que seas jefe de Israel, su pueblo.
Reunió entonces Saúl a todos sus hombres y se lanzó decidido a la batalla creando una confusión tan grande entre los filisteos, que hasta se mataban unos a otros. Incluso algunos israelitas que durante mucho tiempo habían sido obligados a formar parte del ejército filisteo, en ese momento se unieron al ejército de Saúl y Jonatán. Y los israelitas que se habían escondido en la montaña de Efraín, al ver que los filisteos estaban huyendo, se pusieron también a perseguirlos. Así fue como la batalla llegó hasta Bet-Avén y aquel día Dios concedió la victoria a Israel.
Samuel dijo a Saúl: —Dios me envió para que te nombrara rey de su pueblo Israel. Escucha ahora lo que Dios todopoderoso quiere decirte: «Cuando los israelitas salieron de Egipto, los amalecitas se portaron muy mal con ellos. Ha llegado el momento de castigarlos. Atácalos, pues, y destruye todo lo que tienen. Extermina a hombres y mujeres, a jóvenes y a niños; mata también a sus toros, ovejas, camellos y burros. No dejes con vida a nadie».
Dios dijo a Samuel: —¿Hasta cuándo vas a estar triste por Saúl? Yo lo he rechazado, así que ya no será rey. Anda, llena de aceite una vasija y vete a Belén, donde vive Jesé porque he elegido a uno de sus hijos para que sea rey de Israel.
Pídele a Jesé que te acompañe. Cuando yo te diga a cuál de sus hijos he elegido como rey, tú derramarás el aceite sobre su cabeza.