1 Corintios 3:8 - Biblia Lenguaje Básico Tanta importancia tienen los que anuncian la noticia como los que la afianzan. Cada uno de ellos recibirá su premio, según el trabajo que haya hecho. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Biblia Nueva Traducción Viviente El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo. Biblia Católica (Latinoamericana) El que planta y el que riega están en la misma situación, y Dios pagará a cada uno según su trabajo. La Biblia Textual 3a Edicion Y el que planta y el que riega son una sola cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que planta y el que riega son una misma cosa; eso sí, cada uno recibirá el salario a la medida de su trabajo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. |
Si quieres buena fruta, cuida del árbol; si quieres buen trato, pórtate bien con tu jefe.
Pero los maestros sabios, que enseñaron a muchos a andar por el buen camino, brillarán para siempre como las estrellas del cielo.
Porque yo, el Hijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles, para dar su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal.
Por eso, mis queridos hermanos, manteneos firmes, y nunca dejéis de trabajar más y más por ser buenos cristianos. Y sabed que nada de lo que hacéis para el Señor es inútil.
Así que lo importante no es quién anuncia la noticia ni quién la afianza; el único importante es Dios, que es quien hace que produzca fruto.
Apolo y yo somos colaboradores de Dios, y vosotros sois como un campo que Dios cultiva, como un edificio que Dios construye.
Podréis tener diez mil maestros que os instruyan acerca de Cristo, pero padres no tenéis muchos. El único padre que tenéis soy yo, pues cuando os anuncié la buena noticia de Jesucristo, llegasteis a ser mis hijos.
En el ejército, ningún soldado paga sus gastos. Los que cultivan uvas, comen de las uvas que recogen. Y los que cuidan cabras, toman de la leche que ordeñan.
Cada uno debe examinar su propia conducta. Si es buena, podrá sentirse satisfecho de sus acciones, pero no debe compararse con los demás.
Dios es justo y nunca olvidará lo que habéis hecho y seguís haciendo, para ayudar a los creyentes. De esa manera, habéis demostrado vuestro amor a Dios.
Así, cuando Cristo, que es el Pastor principal, regrese de nuevo, recibiréis un gran premio que durará para siempre.
Tened cuidado, para que no se eche a perder el fruto de vuestro esfuerzo. De lo contrario, no recibiréis de Dios una recompensa completa.
—¡Poned atención, pues estoy a punto de llegar! Y traigo el premio que le daré a cada persona, de acuerdo con lo que haya hecho.