Salmos 91:1 - Biblia Martin Nieto Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú que habitas al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Omnipotente, La Biblia Textual 3a Edicion El que habita al abrigo de ’Elyón° Morará bajo la sombra de ’El- Shadday.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que mora al abrigo del Altísimo y a la sombra del Omnipotente se aposenta, Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. |
guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,
Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;
Qué grande es tu bondad, Señor, la que tú reservas para tus leales y repartes, a la vista de todos, a los que en ti confían;
Tú eres mi refugio, me guardas de la angustia, me rodeas con cantos de victoria.
tu justicia es cual los montes más altos, tus juicios como el inmenso abismo. Tú, Señor, salvas a los hombres y a las bestias;
Al maestro de coro. Según 'No destruyas'. Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva
Como manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar.
porque tú eres un refugio para el desvalido, un refugio para el pobre en su angustia, abrigo contra el aguacero, sombra contra el calor; pues el soplo de los tiranos es como la lluvia que azota la pared,
Cada uno será como un refugio contra el viento y un abrigo contra la tempestad; como corrientes de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra ardiente.
Él será una piedra de tropiezo, una roca que puede hacer caer para las dos casas de Israel; un lazo y una trampa para los habitantes de Jerusalén.
El aire de nuestro aliento, el ungido del Señor, quedó preso en sus fosas; aquel que decíamos: '¡A su sombra viviremos en medio de las gentes!'.
Anúnciales: Esto dice el Señor Dios: Sí, yo los he alejado entre las naciones, los he dispersado por tierras extrañas; pero yo mismo he sido un santuario para ellos durante el breve tiempo en que están desterrados en estos países.
La zarza espinosa les respondió: Si de verdad queréis ungirme por vuestro rey, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, saldrá fuego de la zarza y devorará a los cedros del Líbano.