Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie me puede salvar de tus manos.
Job 10:15 - Biblia Martin Nieto Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! Si inocente, no oso levantar la cabeza, saturado de ignominia, ebrio de aflicción. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido. Biblia Nueva Traducción Viviente Si soy culpable, mala suerte para mí; aun si soy inocente, no puedo mantener mi cabeza en alto porque estoy lleno de vergüenza y sufrimiento. Biblia Católica (Latinoamericana) Si soy culpable, ¡desgraciado de mí!,
y si soy inocente, no me animo a levantar la cabeza;
estoy saciado de vergüenza, embriagado de aflicción. La Biblia Textual 3a Edicion Si soy malo, ¡ay de mí! Y si soy justo, no me atrevo a levantar mi cabeza. ¡Harto estoy de la ignominia, Y de ver mi aflicción! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si soy culpable, ¡pobre de mí! Y si soy justo, no levantaré la cabeza, lleno de miseria y colmado de pesares. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza. Estoy hastiado de afrenta, por tanto, mira tú mi aflicción. |
Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie me puede salvar de tus manos.
Cuando pienso en ello me estremezco, un escalofrío toda mi carne recorre.
Por eso estoy ante su faz horrorizado; y cuanto más lo pienso, más me aterra.
Si atrapa una presa, ¿quién se lo impedirá? ¿Quién le dirá: 'Qué es lo que haces'?
Aunque tuviera razón no podría responderle; él es mi juez: tendría que suplicarle.
el Señor se ha dado a conocer, ha hecho justicia, ha enredado al malvado en la obra de sus manos.
El Señor continuó: 'He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arranca su opresión y conozco sus angustias.
Yo exclamé: ¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros; vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, al Señor todopoderoso.
¡Mira, Señor, en qué angustia me encuentro! Mis entrañas se estremecen, mi corazón se consume en mi interior, pues he sido muy rebelde. Fuera la espada hacía estragos, y dentro la muerte.
Entonces vosotros volveréis a ver la diferencia que hay entre el justo y el injusto, entre quien sirve al Señor y quien no le sirve.
Así también vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os haya ordenado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer'.