y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta.
1 Reyes 22:31 - Biblia Martin Nieto Mas el rey de Siria había dado estas órdenes a los treinta y dos jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, sea oficial o soldado raso, sino únicamente al rey de Israel'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino solo contra el rey de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, el rey de Aram había dado las siguientes órdenes a sus treinta y dos comandantes de carros de guerra: «Ataquen solo al rey de Israel. ¡No pierdan tiempo con nadie más!». Biblia Católica (Latinoamericana) El rey de Aram había dado esta orden a sus treinta y dos jefes de carros: 'No ataquen a ningún chico ni grande, sino sólo al rey de Israel'. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el rey de Siria había ordenado a sus treinta y dos capitanes de los carros que tenía, diciendo: No luchéis contra pequeño ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por su parte, el rey de Aram había dado esta orden a los treinta y dos jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, ni chico ni grande, sino sólo al rey de Israel'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel. |
y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta.
Caeré sobre él cuando esté cansado y sin fuerzas, y le atemorizaré. Todo el pueblo que está con él se dará a la fuga, y mataré solamente al rey.
Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó.
Al mediodía se hizo una salida, mientras que Ben Hadad estaba en sus tiendas bebiendo y borracho, con los treinta y dos reyes que le ayudaban.
Haz esto: quita a cada uno de los reyes de su puesto y pon en su lugar prefectos.
Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, se dijeron: 'Éste es el rey de Israel'. Y fueron contra él y lo atacaron. Josafat entonces lanzó un grito.
El rey de Siria había dado esta orden a los jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, sea oficial o soldado raso, sino solamente al rey de Israel'.
Grandes y pequeños morirán en este país sin ser sepultados ni llorados; por ellos no se harán cortes en el cuerpo ni se raparán el cabello.
Habían hecho prisioneros a las mujeres y a todos los demás, chicos y grandes, pero sin matar a nadie. Los habían llevado y proseguían su camino.