Dime de qué sirve alabar al tonto, y te diré de qué sirve un arco sin flechas.
Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que da honra al necio.
Honrar a un necio es tan absurdo como atar la piedra a la honda.
Darle importancia a un tonto no es mejor que amarrar la piedra a la honda.
Pretende sujetar una piedra en la honda, Quien concede honores al necio.
Como atar la piedra a la honda, así es tributar honores al necio.
Como el que ata la piedra en la honda, así hace el que al necio da honra.
No hay nada más absurdo que un tonto viviendo entre lujos, y un esclavo gobernando a reyes.
No es posible imaginar que caiga nieve en la selva ni que llueva en el desierto ni que se alabe a un tonto.
Dime de qué sirve que el tonto diga proverbios, y te diré de qué sirve una carreta sin bueyes.
Un proverbio en labios de un tonto es lo mismo que un cuchillo en manos de un borracho.
El sirviente que llega a gobernar, el tonto que llega a ser muy rico,