sino a los muchachos, y les dijo: —Mi padre fue duro con ustedes, pero yo lo seré más todavía. Mi padre los azotó con correas, pero yo lo haré con látigos de puntas de hierro.
Proverbios 26:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual No te pongas al nivel del necio, o resultará que el necio eres tú. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él. Biblia Nueva Traducción Viviente No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) No respondas a las estupideces de un imbécil, te volverías como él. La Biblia Textual 3a Edicion No respondas al necio según su necedad, No sea que te iguales a él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No respondas al necio según su necedad, no sea que tú mismo te iguales a él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él. |
sino a los muchachos, y les dijo: —Mi padre fue duro con ustedes, pero yo lo seré más todavía. Mi padre los azotó con correas, pero yo lo haré con látigos de puntas de hierro.
Cuando todos vieron que el rey no les había hecho caso, le dijeron: «¡No tenemos nada que ver con David, el hijo de Jesé! ¡No queremos que su familia reine sobre nosotros! ¡Volvamos a nuestras casas, israelitas! ¡Que la familia de David reine sobre su propia tribu!» Así que los israelitas se fueron a sus casas.
Si comienzas una pelea, ya no podrás controlarla; es como un río desbordado, que arrastra todo a su paso.
La gente se quedó callada, porque el rey les había ordenado no contestar.
»No den a los perros las cosas que pertenecen a Dios, ni echen delante de los cerdos lo que para ustedes es más valioso. Los cerdos no sabrán apreciar su valor, y los perros pueden morderlos a ustedes.
Si alguien les hace algo malo, no hagan ustedes lo mismo; si alguien los insulta, no contesten con otro insulto. Al contrario, pídanle a Dios que bendiga a esas personas, pues él los eligió a ustedes para que reciban bendición.
Ni siquiera Miguel, el jefe de los ángeles, se atrevió a hacer algo así. Cuando Miguel peleaba con el diablo para quitarle el cuerpo de Moisés, no lo insultó, sino que solo le dijo: «Que el Señor te castigue».