Entonces Sambalat y Guésem me enviaron un mensaje pidiéndome que me reuniera con ellos en uno de los pueblitos del valle de Onó. Eso era una trampa para hacerme daño.
Proverbios 26:25 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual No creas lo que te diga, pues te habla con dulzura pero busca hacerte daño. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente Fingen ser amables, pero no les creas; tienen el corazón lleno de muchas maldades. Biblia Católica (Latinoamericana) Si expresa buenos sentimientos, no te fíes: siete maldades llenan su corazón. La Biblia Textual 3a Edicion Aunque suavice la voz, no le creas, Porque siete abominaciones lleva dentro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 aunque hable con voz agraciada, no te fíes, pues lleva siete abominaciones en su corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando hable amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón. |
Entonces Sambalat y Guésem me enviaron un mensaje pidiéndome que me reuniera con ellos en uno de los pueblitos del valle de Onó. Eso era una trampa para hacerme daño.
2 (3) Todo el mundo dice mentiras y unos a otros se engañan; ahora dicen una cosa, y luego dicen otra.
No me castigues junto con los malhechores, porque hablan con los demás y les desean lo mejor, pero en su pensamiento quisieran matarlos.
Esa gente te invita a comer, pero su invitación no es sincera; esa gente es tan tacaña que se fija en cuánto comes.
Los piropos del malvado son tan engañosos como una olla de barro cubierta de plata.
»Todos te han traicionado, hasta tu propia familia te maldice. Tal vez te hablen con dulzura, pero no debes confiar en ellos.
Por eso, no confíen en nadie ni crean en lo que otros les digan. Tengan cuidado de lo que hablan, porque los hijos y las hijas no respetan a sus padres, las nueras desprecian a sus suegras, y nuestros peores enemigos los tenemos en la familia. ¡Por eso no confíen en nadie, ni en su propia esposa!
»Si en esos días alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías”, o “allí está el Mesías”, no le crean.
Un día, Saúl le dijo a David: «Mira, te voy a dar como esposa a mi hija Merab. Lo único que te pido es que seas valiente y que, en el nombre de Dios, salgas al frente del ejército en las batallas». En realidad, lo que Saúl quería era que mataran a David. Por eso pensaba: «En lugar de que lo mate yo, que lo maten los filisteos».