El perezoso se cree muy sabio; piensa que no hay nadie como él.
En su propia opinión el perezoso es más sabio Que siete que sepan aconsejar.
Los perezosos se creen más listos que siete consejeros sabios.
El flojo se cree más sabio que siete personas que responden bien.
El perezoso se cree más sabio, Que siete que responden con acierto.
El perezoso se imagina más sabio, que siete que responden con acierto.
En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que pueden aconsejar.
El tonto está seguro de que hace lo correcto; el sabio hace caso del consejo.
Más puede esperarse de quien reconoce que es tonto, que de un tonto que se cree muy sabio.
Querido jovencito, hazme feliz actuando con sabiduría, para taparles la boca a los que quieran humillarme.
¡Vamos, joven perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en cómo trabaja, y aprende a ser sabio como ella!
Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas.