Nunca comas con gente tacaña, ni dejes que sus platillos te despierten el apetito.
No comas pan con el avaro, Ni codicies sus manjares;
No aceptes comer con los tacaños ni desees sus manjares.
No comas el pan de un hombre interesado, no codicies sus manjares delicados,
No te sientes a comer con el avaro, Ni codicies sus manjares,
No comas el pan del envidioso, no codicies sus platos delicados,
No comas pan de hombre de mal ojo, ni codicies sus manjares:
¡No me dejes tener malos pensamientos, ni cometer maldad alguna! ¡No me dejes tomar parte en fiestas de gente malvada!
Dios bendice al que es generoso y al que comparte su pan con los pobres.
No dejes que te engañe la apariencia de esos platillos.
Quien solo vive pensando en dinero, acabará más pobre de lo que se imagina.
Yo puedo hacer con mi dinero lo que me parezca. ¿Por qué te da envidia que yo sea bueno con los demás?”