Entonces su padre les dijo: —¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros; Simeón, tampoco; ¡y ahora quieren llevarse también a Benjamín! ¡Todo esto acabará por matarme!
Proverbios 23:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual pues son como las águilas: abren las alas y salen volando. Si acaso llegas a verlas, muy pronto desaparecen. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente Las riquezas desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, porque les saldrán alas y se irán volando como las águilas. Biblia Católica (Latinoamericana) apenas se la ve ya desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes. La Biblia Textual 3a Edicion Pues le echas una mirada, y ya no están, Han echado alas como un águila que vuela a los cielos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pones los ojos en ellas, y se disipan, pues parecen tener alas como el águila que se remonta hasta los cielos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Has de poner tus ojos en lo que no es nada? Porque las riquezas se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo. |
Entonces su padre les dijo: —¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros; Simeón, tampoco; ¡y ahora quieren llevarse también a Benjamín! ¡Todo esto acabará por matarme!
6 (7) Nuestra vida es pasajera; de nada nos sirve amontonar riquezas si al fin y al cabo otros se quedarán con ellas.
Yo, el Predicador, declaro: ¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!
¡Óiganme bien, y comerán una comida buena y deliciosa! No vale la pena ganar dinero y gastarlo en comidas que no quitan el hambre.
”A ti solo te interesa el dinero y no te importa cómo lo ganes. Con gran violencia robas y matas a gente inocente.
»No traten de amontonar riquezas aquí en la tierra. Esas cosas se echan a perder o son destruidas por la polilla. Además, los ladrones pueden entrar y robarlas.
Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno, y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.
Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y estas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas.