Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!
Proverbios 2:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual ¡El que se mete con ella ya no vuelve a la vida! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida. Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre que la visita está condenado; nunca llegará a los senderos de la vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Los que allá van no volverán, no reencontrarán el camino de la vida. La Biblia Textual 3a Edicion Cuantos entran en él, no regresan, Ni retoman los senderos de la vida. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los que van a ella no retornan ni alcanzan los caminos de la vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ninguno de los que a ella entraren volverán, ni tomarán las sendas de la vida. |
Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!
»La vida de los hombres buenos brilla como la luz de la mañana: va siendo más y más brillante, hasta que alcanza todo su esplendor.
Cuando te hayas quedado pobre, dirás entre llantos y lamentos: «¡Pobre de mí, pobre de mí! ¡Nunca acepté ningún consejo!
A ella no le importa lo que digan de su conducta; lleva una vida sin control, pero no lo reconoce.
Pero el que se enreda con la mujer de otro comete la peor estupidez: busca golpes, encuentra vergüenzas, ¡y acaba perdiendo la vida!
También pude darme cuenta de que una mala mujer causa más amargura que la muerte; cuando te abraza, lo que realmente quiere es atraparte. Si tú obedeces a Dios, te librarás de ella; pero si no lo obedeces, caerás en sus redes.
»Nadie puede cambiar el color de su piel, ni puede el leopardo quitarse sus manchas; ¡tampoco ustedes pueden hacer lo bueno, pues solo saben hacer lo malo!
Pero yo no voy a castigarlas por tener sexo con tantos hombres, pues ustedes mismos tienen sexo con mujeres que adoran a otros dioses. »¡Un pueblo que pierde la cabeza, acaba por destruirse!
Ahora bien, como Dios no miente, su promesa y su juramento no pueden cambiar. Esto nos consuela, porque nosotros queremos que Dios nos proteja, y confiamos en que él nos dará lo prometido.