¡Qué sabrosos son los chismes, pero cuánto daño causan!
Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas.
Los rumores son deliciosos bocaditos que penetran en lo profundo del corazón.
Las palabras del mendigo son como golosinas; se deslizan suavemente hasta el fondo de las entrañas.
Las palabras del chismoso son manjares, Que penetran hasta el fondo de sus entrañas.
Las palabras del denigrante son golosinas que descienden al fondo de las entrañas.
Las palabras del chismoso son como estocadas, y penetran hasta lo más profundo del vientre.
2 (4) Tienes la lengua como navaja; no piensas más que en destruir y en hacerles daño a los demás.
El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida.
El que es malvado y chismoso provoca peleas y causa divisiones.
Cuando el necio abre la boca, pone su vida en peligro.
El vago y el destructor, ¡hasta parecen hermanos!
»No hagan chismes de nadie, pero digan la verdad si así pueden salvar la vida de otra persona. Yo soy el Dios de Israel.