11 (12) ¡Que la gente mentirosa no vuelva a vivir en la tierra! ¡Que acabe la calamidad con toda la gente violenta!
Proverbios 13:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Los que hablan de hacer el bien reciben su justo premio, pero los traidores reciben el castigo que se merecen. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Del fruto de su boca el hombre comerá el bien; Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal. Biblia Nueva Traducción Viviente Con palabras sabias te conseguirás una buena comida, pero la gente traicionera tiene hambre de violencia. Biblia Católica (Latinoamericana) Cada cual comerá del fruto de sus obras: la felicidad será para el justo, la violencia para el impío. La Biblia Textual 3a Edicion Del fruto de su boca el hombre comerá el bien, Pero el alma de los traidores se hartará de violencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Del fruto de su boca vive el hombre; el deseo de los impíos es la violencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Del fruto de su boca el hombre comerá el bien; mas el alma de los prevaricadores comerá el mal. |
11 (12) ¡Que la gente mentirosa no vuelva a vivir en la tierra! ¡Que acabe la calamidad con toda la gente violenta!
8 (9) Dios está muy enojado y está listo para castigar. Cuando pierda la paciencia, dará rienda suelta a su enojo y todos los malvados de la tierra tendrán su merecido.
Las palabras del hombre honrado son una fuente de vida. Al malvado, la violencia lo domina.
Los deseos de los buenos siempre traen bendición; los deseos de los malos solo traen destrucción.
La lengua tiene poder para dar vida y para quitarla; los que no paran de hablar sufren las consecuencias.
En vez de comer, se satisface cometiendo maldades; en vez de beber, festeja la violencia que comete.
»Pero ustedes han sembrado maldad; por eso ahora cosechan violencia y comen el fruto de sus mentiras. Pusieron su confianza en el poder de su ejército.
»La violencia con que trataste a los animales del monte Líbano se volverá en contra tuya; así pagarás por todos tus crímenes, por tu violencia contra nuestro país, contra nuestras ciudades y sus habitantes.
Tú les robaste a muchas naciones, pero otras naciones te robarán a ti. Así pagarás todos tus crímenes, tu violencia contra nuestro país, contra nuestras ciudades y sus habitantes.
Tus enemigos mataron a muchos de tu pueblo santo, y también a tus profetas. Por eso ahora tú les das a beber sangre, ¡pues se lo merecen!»