Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Oseas 9:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Tu maldad es tan grande que en nada eres diferente de los que vivían en Guibeá; ¡pero no olvidaré tu maldad y te castigaré por tus pecados!

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Lo que hace mi pueblo es tan depravado como lo que se hizo en Guibeá hace mucho tiempo. Dios no olvidará; sin falta los castigará por sus pecados.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Se han corrompido profundamente como aquel día en Guibea, pero Yavé se acordará de su culpa y castigará sus pecados.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Se han corrompido grandemente, como en los días de Gabaa;° Pero Él tiene presente su culpa, y castigará su pecado.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Llegaron al fondo de la corrupción como en los días de Guibeá; Yahveh recuerda su culpa, castigará sus pecados.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Profundamente se han corrompido, como en los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad; visitará su pecado.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Oseas 9:9
16 Referans Kwoze  

Entonces Dios le dijo a Moisés: —Baja ya de la montaña, porque el pueblo que sacaste de Egipto se está portando muy mal. ¡Qué pronto se han olvidado de obedecerme! Han fabricado un toro de oro, y lo están adorando. Le han ofrecido sacrificios y dicen que ese toro soy yo, y que los sacó de Egipto. Los he estado observando, y me he dado cuenta de que son muy tercos.


La tierra se ha llenado de maldad, porque sus habitantes no han cumplido las leyes de Dios. Se habían comprometido a obedecerlo por siempre, pero ninguno cumplió con ese pacto.


Isaías advirtió: «Israelitas, ya no sean desobedientes; ¡vuelvan a obedecer a Dios!


Dios le dijo a su pueblo: «A ustedes les gusta adorar a muchos dioses, y andan de altar en altar. Eso yo no lo acepto, y por este terrible pecado, los voy a castigar».


28 (33) »Los amonitas han ofendido a mi pueblo. Pero tú, Ezequiel, les dirás de mi parte: “¡Ya está lista la espada! Pulida está, para deslumbrar; Afilada está, para destruir.


Dios le dijo a su pueblo: «Israelitas, ¡ustedes son unos malvados! Comenzaron a pecar en Guibeá, y no han dejado de hacerlo; por eso serán destruidos en el mismo lugar donde pecaron.


»La verdad es que castigaré tanto al pueblo como a los sacerdotes,


»¡Avísenles a todos en Guibeá, Ramá y Bet-avén! ¡Den el toque de alerta! ¡Adviertan a los del reino de Judá!


Yo los conozco muy bien: están llenos de maldad, pero ellos no quieren reconocerlo.


Les encanta presentar ofrendas, y luego se comen la carne de los animales que presentan; pero todo eso me disgusta. Yo soy su Dios, y tengo presente sus muchos pecados. Por eso los voy a castigar, y volverán a ser esclavos de Egipto.


»Todo esto lo hice por ti, Jerusalén. Pensé que así me obedecerías y no tendría que castigarte. Pero tus habitantes se dieron prisa para cometer toda clase de maldad.


Y el hombre le respondió: —No. No nos quedaremos en ninguna ciudad que no sea de los israelitas. Sigamos hasta Guibeá, para ver si allí o en Ramá podemos pasar la noche.


Al caer la tarde, pasó por allí un anciano que volvía de trabajar en el campo. Este anciano era de la zona montañosa de Efraín, pero estaba viviendo en Guibeá.


Estaban pasando un rato agradable cuando, de pronto, unos hombres de la ciudad rodearon la casa y empezaron a golpear violentamente la puerta. Eran unos hombres malvados, los cuales le gritaron al dueño de la casa: —¡Qué salga el hombre que está de visita en tu casa! ¡Queremos tener relaciones sexuales con él!