Después de ellas brotaron otras siete espigas, delgadas y marchitas, resecadas por el viento del desierto.
Oseas 8:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual »Si no me obedecen, recibirán su castigo: sus campos no darán frutos; y si llegaran a darlos, servirán de alimento para gente extraña. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán. Biblia Nueva Traducción Viviente »Sembraron vientos y cosecharán torbellinos. Los tallos de grano se marchitan y no producen nada para comer. Y aun si hubiera grano, lo comerían los extranjeros. Biblia Católica (Latinoamericana) Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros. La Biblia Textual 3a Edicion Sembraron viento y cosecharán tempestades, La mies no se logrará, ni la espiga producirá harina,° Y si acaso la produce, la engullirán los extraños. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Siembran vientos, recogerán tempestades. El trigo no tiene espiga, no produce harina; y si la produjera, los extraños se la tragarían. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque sembraron viento, torbellino segarán; no tendrán mies, y la espiga no dará harina, y si la diere, extraños la tragarán. |
Después de ellas brotaron otras siete espigas, delgadas y marchitas, resecadas por el viento del desierto.
En ese tiempo Tiglat-piléser, rey de Asiria, invadió el país. Entonces Menahem le regaló treinta y tres mil kilos de plata para que lo dejara mantener el control de Israel.
En ese tiempo llegó Tiglat-piléser, y conquistó las ciudades de Iión, Abel-bet-maacá, Janóah, Quedes, Hasor, Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí. A los habitantes de esos lugares se los llevó prisioneros.
Siembra maldad y cosecharás desgracia; con el palo que pegues, serás golpeado.
16 (15) A mí me parece terrible que al morir nos vayamos tan desnudos como vinimos. ¿De qué nos sirve entonces tanto trabajar,
Se dedican a cuidar las plantas y al día siguiente brota la semilla. Pero llegará el día en que sufrirán, y esa cosecha no les servirá de nada.
¡Óiganme bien, y comerán una comida buena y deliciosa! No vale la pena ganar dinero y gastarlo en comidas que no quitan el hambre.
Dios llegará en medio del fuego; sus carros son como un torbellino. Dios descargará su enojo; su castigo será como fuego ardiente.
Los egipcios y los sirios están acabando con Israel, pero Israel ni siquiera se da cuenta. ¡Han acabado con sus fuerzas, pero tampoco se da cuenta!
»Ustedes, israelitas, han sido heridos de muerte; ¡son como un árbol con raíces secas, que ya no da fruto! Si acaso llegan a tener hijos, yo les quitaré la vida, aunque los quieran mucho».
Nuestro Dios es muy poderoso y siempre castiga a quien lo merece, pero también es un Dios paciente, y no se enoja con facilidad. Nuestro Dios camina entre las tormentas; las nubes son el polvo que levanta.
Ustedes siembran mucho y cosechan poco, comen y no calman su hambre, beben y no calman su sed, se abrigan y siguen teniendo frío, y el sueldo que les pagan no les alcanza para nada.
No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado.
Si seguimos nuestros malos deseos, moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida eterna.
»En todo momento gente desconocida les robará, los maltratará, y cosechará lo que ustedes sembraron; será gente extraña la que disfrute de lo que ustedes con tanto esfuerzo produjeron.