Dios mío, ¡ven con el cofre de tu pacto, que es símbolo de tu poder, al templo donde vivirás para siempre!
Números 10:35 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual y Moisés decía: «¡Dios mío, levántate! »¡Haz que tus enemigos huyan espantados! ¡Haz que los que te odian se alejen de nosotros!» Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Biblia Nueva Traducción Viviente Siempre que el arca salía, Moisés gritaba: «¡Levántate, oh Señor y que se dispersen tus enemigos! ¡Que huyan ante ti!»; Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el Arca partía, Moisés decía: '¡Levántate, Yavé! ¡Que se dispersen tus enemigos, que huyan ante ti los que te odian!' La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedía que al partir el Arca, Moisés exclamaba: ¡Levántate, oh YHVH! ¡Sean dispersados tus enemigos, Y huyan de ti los que te aborrecen!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando el arca se ponía en marcha, decía Moisés: 'Levántate, Yahveh; que tus enemigos se dispersen y huyan de tu presencia los que te odian'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que, al moverse el arca, Moisés decía: Levántate, Jehová, y sean disipados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. |
Dios mío, ¡ven con el cofre de tu pacto, que es símbolo de tu poder, al templo donde vivirás para siempre!
19-20 (20-21) ¡Vamos, mi Dios! ¡Llama a cuentas a las naciones! ¡Hazlos que sientan miedo! ¡No permitas que te desafíen! ¡Que sepan esos paganos que no son más que polvo!
Cuando los malvados me atacaron, nadie se levantó a defenderme; ¡nadie se puso de mi parte y en contra de los malhechores!
Los israelitas clamaron: «¡Despierta, Dios, despierta! ¡Despierta y vístete de fuerza! Muestra tu poder como lo hiciste en el pasado, cuando destruiste a los egipcios.
que voy a afilar mi espada, para vengarme de mis enemigos. ¡Voy a darle su merecido a esa gente que me odia!
Cuando el resto del ejército israelita regresó al campamento, los jefes del pueblo se preguntaban: «¿Por qué dejó Dios que los filisteos nos derrotaran? ¡Vamos a Siló a traer el cofre del pacto! ¡Así Dios nos salvará de nuestros enemigos!»