Más tarde, David supo que Ahitófel se había unido al grupo de traidores que andaban con Absalón. Entonces dijo: «Dios mío, te ruego que eches a perder los planes de Ahitófel».
Nehemías 2:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual El rey me preguntó: —¿Hay algo que pueda hacer por ti? Yo le pedí ayuda a Dios, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, Biblia Nueva Traducción Viviente El rey preguntó: —Bueno, ¿cómo te puedo ayudar? Después de orar al Dios del cielo, Biblia Católica (Latinoamericana) El rey entonces me respondió: '¿Qué quieres?' Supliqué al Dios del Cielo' La Biblia Textual 3a Edicion Y me preguntó el rey: ¿Qué es lo que me pides? Entonces oré al Dios de los cielos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Díjome el rey: '¿Qué pretendes, pues?'. Encomendándome al Dios del cielo, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios del cielo, |
Más tarde, David supo que Ahitófel se había unido al grupo de traidores que andaban con Absalón. Entonces dijo: «Dios mío, te ruego que eches a perder los planes de Ahitófel».
Esa noche, Salomón la pasó en Gabaón. Mientras dormía, Dios se le apareció en un sueño y le dijo: —Pídeme lo que quieras; yo te lo daré.
Dios, escucha mi oración y las oraciones de tus servidores que desean adorarte. Haz que el rey me reciba bien y que yo tenga éxito». En ese tiempo yo era copero del rey Artajerjes.
Cuando oí esto, me senté a llorar, y durante varios días estuve muy triste y no comí nada. Entonces le dije a Dios en oración:
«Dios grande y poderoso; ante ti todo el mundo tiembla de miedo. Tú cumples tus promesas a los que te aman y te obedecen.
Yo les contesté: —Dios gobierna desde el cielo, y con su ayuda tendremos éxito. Ustedes no tienen autoridad en Jerusalén. Tampoco tienen ningún derecho, pues no son parte de su historia. Nosotros haremos los trabajos de reconstrucción.
y le contesté al rey: —Si le parece bien a Su Majestad, y quiere hacerme un favor, permítame ir a Judá, para reconstruir la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados.
El rey le preguntó: —¿Qué deseas, Ester? Te daré lo que me pidas. Hasta la mitad de mi reino te daría si me lo pidieras.
Mientras bebían vino, el rey le preguntó a Ester: —¿Qué es lo que deseas? Pídeme lo que quieras. Hasta la mitad de mi reino te daría.
Mientras bebían vino, el rey le volvió a preguntar a Ester: —¿Dime qué deseas, reina Ester? Hasta la mitad de mi reino te daría, si me lo pidieras.
Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: —Maestro, haz que pueda yo ver de nuevo.
El jefe tomó de la mano al muchacho y lo llevó a un lugar aparte. Allí le preguntó: —¿Qué vienes a decirme?
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.