»Estas dos desgracias han venido sobre ti: ¡Has sufrido la guerra y el hambre! ¿Quién tendrá compasión de ti? ¿Quién te consolará?
Nahúm 3:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Todos los que te vean se alejarán de ti, diciendo: “¡Asiria está destruida! ¿Habrá alguien que la consuele? ¿Habrá quién le tenga compasión?” Yo soy el Dios de Israel, y juro que así lo haré. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores? Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los que te vean se alejarán de ti y dirán: “Nínive yace en ruinas. ¿Dónde están los que lloran por ella?”. ¿Lamenta alguien tu destrucción?». Biblia Católica (Latinoamericana) y todo el que te vea, huirá de ti.
Dirán: 'Asolada está Nínive,
¿quién tendrá piedad de ella?
¿Dónde buscar quién la consuele?' La Biblia Textual 3a Edicion Los que te vean huirán de ti, diciendo: ¡Nínive ha sido destruida! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde hallar quien la consuele? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso quien te vea huirá de ti, diciendo: '¡Nínive ha sido destruida! ¿Quién le tendrá compasión? ¿Dónde poder hallar quien la consuele?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y será que todos los que te vieren, se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada: ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores? |
»Estas dos desgracias han venido sobre ti: ¡Has sufrido la guerra y el hambre! ¿Quién tendrá compasión de ti? ¿Quién te consolará?
Dios dijo a su pueblo: «Jerusalén, Jerusalén, me rechazaste; me traicionaste. ¿Quién va a llorar por ti? ¿Quién va a tenerte compasión? ¿Quién va a desear que te vaya bien? Yo estoy cansado ya de tenerte compasión, así que te atacaré y te destruiré;
Pero yo soy el Dios de Israel, y así como antes castigué al rey de Asiria, castigaré al rey de Babilonia y a su nación.
»Algunas naciones quisieron sanarla, pero no lo consiguieron. Eran tantos sus pecados que llegaban hasta el cielo, ¡más allá de las nubes!
Incomparable eres tú, Jerusalén; ¿qué más te puedo decir? ¿Qué puedo hacer para consolarte, bella ciudad de Jerusalén? Tus heridas son muy profundas; ¿quién podría sanarlas?
Yo soy Nahúm de Elcós. En un sueño Dios me habló acerca de Nínive, y este es el mensaje que escribí contra esa ciudad:
Dios continuó diciendo: «Atacaré y destruiré a los asirios; ¡convertiré a Nínive, su ciudad capital, en un montón de ruinas!
Al ver esto, todo el pueblo salió corriendo y gritando: «¡Vámonos de aquí! ¡No sea que también a nosotros nos trague la tierra!»
Pero por miedo a ser castigados junto con ella, se mantendrán alejados y dirán: «¡Ay, qué terrible! ¡Pobrecita de ti, gran ciudad de Babilonia, gran ciudad poderosa! ¡En un abrir y cerrar de ojos, Dios decidió castigarte!»