Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
Nahúm 1:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Si reprende al mar y a los ríos, estos se quedan secos por completo y se marchitan las flores del Líbano, los campos de Basán y el monte Carmelo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Él amenaza al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. Biblia Nueva Traducción Viviente Él da la orden y los océanos se secan y los ríos desaparecen. Los buenos pastizales de Basán y el Carmelo pierden su verdor, y los frondosos bosques del Líbano se marchitan. Biblia Católica (Latinoamericana) Amenaza a los mares y los seca,
los ríos se quedan sin agua.
El Basán y el Carmelo desfallecen
y se marchita el verdor del Líbano, La Biblia Textual 3a Edicion g Reprende al mar, y lo hace secar, Evapora todos los ríos, d El Basán y el Carmelo aridecen, La flor del Líbano se marchita, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Guímel. Increpa al mar y lo seca, evapora todos los ríos. Dálet. Languidecen el Basán y el Carmelo, la flor del Líbano se marchita. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él reprende al mar, y lo hace secar, y seca todos los ríos: Languidecen Basán y el Carmelo, y la flor del Líbano se marchita. |
Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
»Dios mío, tú reprendiste al mar, y por causa de tu enojo el fondo del mar quedó a la vista. En tu enojo resoplaste, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.
Pero lo reprendiste, y el mar se retiró; al oír tu voz de trueno, el mar se dio a la fuga.
El Mar de los Juncos quedó seco cuando oyó tu reprensión; tú hiciste que nuestros abuelos cruzaran el fondo del mar como si cruzaran el desierto.
Al ver a los israelitas, el mar les abrió paso y el río Jordán dejó de correr;
¿Qué te pasó, mar? ¿Por qué les abriste paso? ¿Qué te pasó, río Jordán? ¿Por qué dejaste de correr?
16 (17) Desde los altos cielos me tendiste la mano y me sacaste del mar profundo.
Tú hiciste que brotaran ríos y manantiales, pero también secaste por completo ríos que parecían inagotables.
Todos en el país están tristes; los bosques del Líbano se han secado y han perdido su color. Todo el valle de Sarón ha quedado hecho un desierto; la región de Basán y el monte Carmelo han perdido su verdor».
Voy a acabar con montañas y cerros; voy a secar todas sus plantas; voy a convertir sus ríos en lugares desiertos, y a dejar sin agua las lagunas.
Yo puedo hacer que el océano se quede seco y que los ríos se queden sin agua.
»Tú secaste las aguas del mar y allí abriste un camino por donde marchó tu pueblo liberado.
Dejaré sin agua al río Nilo, y a Egipto entero lo pondré bajo el poder de gente malvada que lo llevará a la ruina. Les juro que cumpliré mi palabra.
En mi presencia temblarán de miedo la gente y todos los seres vivos que he creado. Se derrumbarán las montañas y los barrancos, y se vendrán abajo todas las murallas.
Estos fueron los mensajes de Amós: «Cuando Dios se enoja y habla desde Jerusalén, se marchitan los pastos; ¡se reseca el monte Carmelo!»
»Yo soy quien hizo todas las estrellas del cielo; yo soy quien convierte la luz del día en oscuridad, y la oscura noche en día; yo soy quien manda a las nubes que vengan y rieguen la tierra; yo soy quien derriba murallas y quien convierte grandes fortalezas en un montón de ruinas; ¡yo soy el Dios todopoderoso!
Jesús les dijo: —¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios! Jesús se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran, y todo quedó muy tranquilo.