¡Algo viene por el desierto! ¿Qué podrá ser? Parece una columna de humo que avanza entre aromas de flores, incienso y perfumes.
Mateo 21:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía: —¿Quién es este hombre? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? Biblia Nueva Traducción Viviente Toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada a medida que Jesús entraba. «¿Quién es este?», preguntaban. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó y preguntaban: '¿Quién es éste?' La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando Él entró en Jerusalem, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se puso en movimiento; y se preguntaban: '¿Pero quién es éste?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrando Él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es Éste? |
¡Algo viene por el desierto! ¿Qué podrá ser? Parece una columna de humo que avanza entre aromas de flores, incienso y perfumes.
¿Quién es ese que llega desde Bosrá, la capital del reino de Edom, con las ropas teñidas de rojo? ¿Quién es ese que está tan bien vestido y avanza con una fuerza terrible? Soy yo, el Dios de Israel, el que anuncia la victoria y tiene poder para salvar.
El rey Herodes y todos los habitantes de Jerusalén se pusieron muy nerviosos cuando oyeron hablar de esto.
Y los que venían con Jesús contestaban: —¡Es Jesús, el profeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.
Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»
Los maestros de la Ley y los fariseos pensaron: «¿Y este quién se cree que es? ¡Qué barbaridades dice contra Dios! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!»
Los otros invitados comenzaron a preguntarse: «¿Cómo se atreve este a perdonar pecados?»
Pero Herodes dijo: «¿Quién será este hombre, del que tanto se oye hablar? No puede ser Juan el Bautista, porque yo mismo ordené que lo mataran.» Por eso, Herodes tenía mucho interés en conocer a Jesús.
Luego, los jefes de los judíos le preguntaron a Jesús: —¿Con qué autoridad haces esto?
—¿Quién eres, Señor? —preguntó Saulo. —Yo soy Jesús —respondió la voz—. Es a mí a quien estás persiguiendo.
Caminaron y caminaron hasta llegar a Belén. Tan pronto entraron en el pueblo, toda la gente se sorprendió al verlas y se armó un gran alboroto. Las mujeres decían: «¡Miren, pero si es la dulce Noemí!»
Y Samuel obedeció a Dios. Cuando llegó a Belén, los líderes del pueblo se preocuparon mucho y le dijeron: —¿A qué has venido? ¿Hay algún problema?