7 (9) Quítame la mancha del pecado, y quedaré limpio. Lava todo mi ser, y quedaré más blanco que la nieve.
Marcos 9:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual su ropa se puso tan blanca y brillante, como jamás aquí en la tierra podría blanquearse. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Biblia Nueva Traducción Viviente y su ropa se volvió blanca resplandeciente, más de lo que cualquier blanqueador terrenal jamás podría lograr. Biblia Católica (Latinoamericana) Incluso sus ropas se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo sería capaz de blanquearlas. La Biblia Textual 3a Edicion Sus vestidos se volvieron resplandecientes y tan blancos,° que ningún batanero en la tierra los podría blanquear así. Biblia Serafín de Ausejo 1975 de forma que sus vestidos se volvieron tan resplandecientes por su blancura como ningún lavandero en el mundo podría blanquearlos así. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra las puede hacer tan blancas. |
7 (9) Quítame la mancha del pecado, y quedaré limpio. Lava todo mi ser, y quedaré más blanco que la nieve.
14 (15) Cuando tú, Dios todopoderoso, hiciste que los reyes de la tierra salieran huyendo, lo alto del monte Salmón se llenó de nieve.
”Vengan ya, vamos a discutir en serio, a ver si nos ponemos de acuerdo. Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré. Sus pecados los han manchado como con tinta roja; pero yo los limpiaré. ¡Los dejaré blancos como la nieve! ”Entonces comerán de lo mejor de la tierra;
Luego, los tres discípulos vieron aparecer al profeta Elías y a Moisés conversando con Jesús.
Mientras Jesús oraba, su cara cambió de aspecto y su ropa se puso blanca y brillante.
Cornelio le respondió: —Hace cuatro días, como a las tres de la tarde, yo estaba aquí en mi casa, orando. De pronto se me apareció un hombre con ropa muy brillante,
Comerán carne de reyes, de jefes militares y de valientes guerreros. También comerán la carne de los caballos y de sus jinetes; comerán carne de toda clase: de gente libre y de esclavos, de gente importante y de gente poco importante.»
Yo le respondí: —Señor, usted lo sabe. Y él me dijo: —Son los que no murieron durante el tiempo de gran sufrimiento que hubo en la tierra. Ellos confiaron en Dios, y él les perdonó sus pecados por medio de la muerte del Cordero.
Después de esto vi a mucha gente de todos los países, y de todas las razas, idiomas y pueblos. ¡Eran tantos que nadie los podía contar! Estaban de pie, delante del trono y del Cordero, vestidos con ropas blancas. En sus manos llevaban ramas de palma,