Y cuando a Dios le llegó tan grato aroma, tomó la siguiente decisión: «Aunque todo hombre y mujer solo están pensando en hacer lo malo desde su niñez, por ninguno de ellos volveré a maldecir ni destruir la tierra como esta vez.
Levítico 8:28 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Después de la ceremonia, Moisés recibió esta ofrenda de manos de Aarón y de sus hijos, y la quemó sobre el altar, junto con la ofrenda de aroma agradable que se presenta en honor de Dios, pues las dos eran ofrendas de consagración. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Moisés les quitó de las manos todas estas ofrendas y las quemó sobre el altar, encima de la ofrenda quemada. Esta era la ofrenda de ordenación; era un aroma agradable, una ofrenda especial presentada al Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés la recibió luego de sus manos y la quemó en el altar por encima del holocausto. Este fue el sacrificio de consagración de calmante olor, sacrificio por el fuego para Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Luego Moisés lo tomó de las palmas de ellos y lo hizo quemar en el altar sobre el holocausto. Fue un sacrificio de investidura de olor que apacigua, ofrenda ígnea a YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después Moisés lo recogió de sus manos y lo quemó en el altar, encima del holocausto. Fue un sacrificio de investidura de calmante aroma, manjar pasado por el fuego para Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. |
Y cuando a Dios le llegó tan grato aroma, tomó la siguiente decisión: «Aunque todo hombre y mujer solo están pensando en hacer lo malo desde su niñez, por ninguno de ellos volveré a maldecir ni destruir la tierra como esta vez.
Luego recibirás de sus manos el pan y la carne, y en mi honor los quemarás en el altar como una ofrenda de olor agradable.
El Dios todopoderoso afirma: «¡Despiértate, espada, y mata a mi rey escogido! ¡Mata a mi mejor amigo! Así mi pueblo se dispersará y yo acabaré con sus descendientes.