30 (31) y por eso Jacob llamó a ese lugar Penuel, pues dijo: «¡He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida!»
Jueces 6:23 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pero Dios le dijo: —No tengas miedo, no te vas a morir. Al contrario, he venido a darte paz. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. Biblia Nueva Traducción Viviente —No te preocupes —le contestó el Señor—. No tengas miedo; no morirás. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Yavé le dijo: 'No tengas miedo, porque no morirás'. La Biblia Textual 3a Edicion Pero YHVH le dijo: ¡Paz sea contigo! No temas, no morirás. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Yahveh le contestó: 'La paz sea contigo. No temas; que no morirás'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. |
30 (31) y por eso Jacob llamó a ese lugar Penuel, pues dijo: «¡He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida!»
El mayordomo los tranquilizó: —No se preocupen, que todo está en orden. Yo recibí el dinero que ustedes pagaron. Tal vez el Dios de ustedes y de su padre les puso en sus sacos ese regalo. Entonces sacó a Simeón
8 (9) Dejemos de hacer locuras y obedezcamos a Dios. Recordemos que somos suyos, y que él nos ha prometido paz.
Me dijo: “¡No tengas miedo, ni te preocupes de nada! ¡Alégrate y ten valor, pues Dios te ama!” »Y mientras me decía esto, sentí que me volvían las fuerzas. Entonces le dije: “Mi señor, ahora puede usted hablarme, pues ya tengo nuevas fuerzas”.
»Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar.
En la noche de ese mismo domingo, los discípulos se reunieron en una casa. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, porque los discípulos tenían miedo de los líderes judíos. Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!»
Ocho días después, los discípulos estaban reunidos otra vez en la casa. Tomás estaba con ellos. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!»
Dios los ama y los ha apartado para que sean parte de su pueblo. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que también ellos les demuestren su amor y les den su paz.
Entonces el anciano le dijo: —¡Pero no pueden pasar la noche en la plaza! ¡En mi casa serán bienvenidos! ¡Yo les daré todo lo que necesiten!
En ese momento Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel de Dios, y lleno de miedo exclamó: —Dios mío, de seguro moriré, pues he visto a tu ángel cara a cara.
Entonces Gedeón edificó allí un altar a Dios, y le puso por nombre «Dios es paz». Hasta el momento en que este relato se escribe, este altar todavía está en Ofrá, ciudad del grupo familiar de Abiézer.