30 (31) y por eso Jacob llamó a ese lugar Penuel, pues dijo: «¡He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida!»
Jueces 13:22 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Entonces Manoa le dijo a su esposa: —Vamos a morir, porque hemos visto a Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Biblia Nueva Traducción Viviente y le dijo a su esposa: —¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios! Biblia Católica (Latinoamericana) Manoa dijo a su mujer: 'Vamos a morir porque vimos a Dios'. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual Manoa dijo a su mujer: ¡Sin duda moriremos, porque hemos visto a ’Elohim! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo, pues, Manóaj a su mujer: 'Ciertamente vamos a morir, pues hemos visto a Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Manoa a su esposa: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios. |
30 (31) y por eso Jacob llamó a ese lugar Penuel, pues dijo: «¡He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida!»
Allí todos estos israelitas vieron al Dios de Israel, y comieron y bebieron, pero Dios no les hizo ningún daño. Bajo los pies de Dios había algo tan brillante como el mismo cielo; ¡hasta parecía un piso de cristal azul!
Moisés subió a la montaña con Aarón, Nadab, Abihú y los setenta jefes israelitas.
Yo soy el Dios de tus antepasados; yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés no se atrevió a mirar a Dios y se tapó la cara.
Pero no podrás ver mi rostro, porque cualquiera que vea mi rostro morirá. Quédate junto a la roca que está a mi lado.
Entonces exclamé: «¡Ahora sí voy a morir! Porque yo, que soy un hombre pecador y vivo en medio de un pueblo pecador, he visto al rey del universo, al Dios todopoderoso».
»Mi Padre me ha enviado, y él también habla bien de mí. Lo que pasa es que ustedes nunca lo han oído hablar, ni lo han visto cara a cara.
Todo el mundo sabe que no es posible escuchar la voz de Dios, como la hemos oído nosotros, y seguir con vida.
En ese momento Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel de Dios, y lleno de miedo exclamó: —Dios mío, de seguro moriré, pues he visto a tu ángel cara a cara.