Pero la gente siempre se burlaba de los mensajeros de Dios y de los profetas, y no les hacían caso. Y así siguieron hasta que Dios ya no aguantó más y, muy enojado, decidió castigarlos.
Josué 24:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Josué les dijo: —No es fácil vivir para Dios. Él no tolera el pecado ni acepta dioses rivales, y espera que se le obedezca en todo. Si le son infieles no los va a perdonar. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Josué advirtió a los israelitas: —Ustedes no son capaces de servir al Señor, porque él es Dios santo y celoso. No les perdonará su rebelión ni sus pecados. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Josué dijo al pueblo: '¿Podrán ustedes servir a Yavé? porque es un Dios santo, un Dios celoso; El no perdonaría las infidelidades y los pecados de ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Josué objetó al pueblo: No podréis servir a YHVH,° porque es un Dios santo, un Dios celoso. No cargará con vuestras transgresiones y con vuestros pecados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Josué dijo al pueblo: 'No podréis servir a Yahveh, porque es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará vuestras faltas y pecados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque Él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. |
Pero la gente siempre se burlaba de los mensajeros de Dios y de los profetas, y no les hacían caso. Y así siguieron hasta que Dios ya no aguantó más y, muy enojado, decidió castigarlos.
¡Alaben a nuestro Dios! ¡Adórenlo en su propio templo! ¡No hay otro Dios!
No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso. Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian,
Obedézcanlo siempre, porque yo mismo le he dado autoridad para actuar en mi lugar; él los castigará si no lo obedecen.
Mi amor es siempre el mismo, y siempre estoy dispuesto a perdonar a quienes hacen lo malo. Pero también sé castigar al culpable, y a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos».
Esto es una vergüenza y una terrible desgracia; ¡no los perdones, Dios mío!
A unos y a otros les piden que dejen de obedecer a Dios; no quieren que sigan hablando del Dios santo de Israel.
»Por lo tanto, así dice el Dios santo de Israel: “Vuelvan a obedecerme, y yo les daré poder. Si en verdad confían en mí, manténganse en calma y quedarán a salvo. Pero ustedes me rechazan;
Las ciudades serán destruidas, y ovejas y cabras comerán pasto entre sus ruinas. Así el Dios todopoderoso mostrará su grandeza y santidad cuando haga justicia.
Entonces Moisés le dijo a Aarón: —Esto es lo que Dios tenía en mente cuando dijo: “Quiero que mis sacerdotes me obedezcan, y que todo el pueblo me alabe”. Y Aarón se quedó callado.
que le diera este mensaje a la comunidad de Israel: «Yo soy el Dios de Israel, y soy diferente de los demás dioses. Por eso ustedes deben ser diferentes de las demás naciones.
»Vivan solo para mí; sean diferentes y cumplan mis mandamientos. Yo soy el Dios de Israel; ustedes me pertenecen.
Nuestro Dios exige que le seamos fieles. Cuando se enoja, toma venganza de sus enemigos y de sus contrarios.
Tú no soportas la maldad, ni aceptas el pecado. No te quedes callado ni permitas que los malvados maten a quienes somos buenos.
»Ningún esclavo puede trabajar al mismo tiempo para dos amos, porque siempre obedecerá o amará a uno más que al otro. Del mismo modo, tampoco ustedes pueden servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas.
Dios expulsó a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que aquí vivían. Por eso obedeceremos a nuestro Dios.
Josué añadió: —Entonces desháganse de esos dioses que todavía tienen, y prometan ser fieles al Dios de Israel.
Entonces Noemí le dijo a Rut: —¡Tu cuñada ya regresó a su pueblo y a su dios! ¡Vete con ella!
¡Juro que ninguna ofrenda será suficiente para que yo les perdone su maldad!
y decía: «Nadie puede vivir delante de un Dios tan poderoso como el nuestro. Es mejor que mandemos el cofre a otro lugar».