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Jeremías 9:19 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

19 (18) »Por todo el país se escuchan gritos y lamentos: “Estamos destruidos y llenos de vergüenza. Nuestras casas han sido derribadas; tenemos que abandonar nuestro país”.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Porque de Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Escuchen a los habitantes de Jerusalén llorando desesperados: “¡Estamos arruinados! ¡Estamos totalmente humillados! Tenemos que abandonar nuestra tierra, porque derribaron nuestras casas”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes, mujeres, escuchen la palabra de Yavé, reciban sus oídos la palabra de su boca, enseñen a sus hijas este canto fúnebre, y, unas a otras, esta lamentación:

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque de Sión fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! ¡Cómo hemos sido avergonzados! Hemos tenido que abandonar la tierra, Y nuestras moradas han sido destruidas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro oído la palabra de su boca; enseñad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la elegía:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque voz de endecha fue oída de Sión: ¡Cómo hemos sido destruidos! en gran manera estamos confundidos. Porque dejamos la tierra, porque nos han echado de sí nuestras moradas.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 9:19
20 Referans Kwoze  

Isaías les dijo a las mujeres: «Ustedes, mujeres irresponsables, oigan bien lo que les voy a decir. Escuchen bien mis palabras, ustedes, que viven tan tranquilas.


Dios me dijo: «Jeremías, aleja de mí a los israelitas. Diles que se vayan. ¡Yo no voy a perdonarlos! No lo haría, ni aunque sus antepasados, Moisés y Samuel, me lo pidieran.


»Entonces dirán los israelitas: “¡Miren cómo avanza el enemigo! ¡Parece el nubarrón de una tormenta! Sus carros y sus caballos de guerra son más veloces que las águilas; ¡hasta parecen un huracán! ¿Qué será de nosotros? ¡No tenemos escapatoria!”


Tras un desastre viene otro, y el país va quedando en ruinas. De repente me he quedado sin casa, pues mis campamentos fueron destruidos.


pero los voy a expulsar de mi presencia, así como expulsé a todos sus hermanos, los descendientes de Efraín.’”


Lo más vergonzoso es que, en realidad, no me insultan a mí; ¡se insultan ellos mismos! Les juro que así es.


«Habitantes de Jerusalén, vístanse de luto; vayan a las montañas desiertas y canten una canción fúnebre. Ustedes me hicieron enojar, y por eso los he rechazado; ¡los he abandonado por completo!


En todas partes les gritan: «¡Fuera de aquí, vagabundos! ¡No se atrevan a tocarnos! ¡No pueden quedarse a vivir aquí!»


Nuestras tierras y nuestra patria han caído en manos de extranjeros.


«Dedica este lamento a la ciudad de Tiro por su destrucción. Dale este mensaje de parte del Dios de Israel:


»Si ustedes cumplen mis mandamientos, yo jamás los expulsaré del territorio que les voy a dar como su propio país.


»¡Vamos, largo de aquí! ¡Ustedes han hecho de mi templo una sala de diversiones! ¡Por eso voy a destruirlo!


Cuando llegue ese día, la gente se burlará de ustedes y les cantará esta canción: “¡Se han quedado en la ruina! ¡Antes eran el pueblo de Dios, pero han cambiado de dueño! ¡Nuestros ejércitos los conquistaron y nos repartimos sus campos!”