»Si de un tronco viejo sale un retoño, también de la familia de David saldrá un nuevo rey.
Isaías 53:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual El fiel servidor creció como raíz tierna en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni deseable. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi siervo creció en la presencia del Señor como un tierno brote verde, como raíz en tierra seca. No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él. Biblia Católica (Latinoamericana) Este ha crecido ante Dios como un retoño,
como raíz en tierra seca.
No tenía brillo ni belleza para que nos fijáramos en él,
y su apariencia no era como para cautivarnos. La Biblia Textual 3a Edicion Subirá cual renuevo delante de Él, Pero como raíz de tierra seca, no habrá en Él parecer ni hermosura; Lo veremos, pero sin atractivo para que lo deseemos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Creció como un pimpollo ante él, como una raíz en tierra seca. No tenía forma ni belleza para que nos fijáramos en él, ni aspecto para que le apreciáramos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Subirá cual renuevo delante de Él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. |
»Si de un tronco viejo sale un retoño, también de la familia de David saldrá un nuevo rey.
Dios también dijo: «No castigaré a todos. A los que deje con vida, les permitiré vivir en Jerusalén y serán llamados: “Pueblo elegido de Dios”. »Cuando llegue ese día, haré que prosperen y vivan bien. Mi pueblo se pondrá orgulloso de los frutos que su tierra le dará.
»Muchos se asombrarán al verlo, por tener la cara desfigurada, y no parecer un ser humano.
6 (5) »Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo: a ese niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de paz.
»En el futuro haré que un rey justo y sabio gobierne a mi pueblo. Será de la familia de David, gobernará con verdadera justicia,
darás este mensaje: “Así dice el Dios todopoderoso: Yo haré que de aquí salga un hombre para que reconstruya mi templo, y lo llamaré ‘Renuevo’. Él se vestirá como rey, y ocupará el trono para reinar. Compartirá el trono con un sacerdote, pero habrá paz entre ellos dos”.
¿Acaso no es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no es verdad que sus hermanas viven en este mismo pueblo? Y se quedaron confundidos y contrariados. Por eso, Jesús les dijo: —Al profeta se le reconoce y se le acepta en todas partes, menos en su propio pueblo, en su propia familia y en su propia casa.
Jesús les respondió: —Eso es verdad. Elías viene primero a preparar todas las cosas. Aunque también es cierto que la Biblia dice que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado.
su primer hijo. Como no encontraron ningún cuarto donde pasar la noche, los hospedaron en el lugar de la casa donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Jesús le contestó: —Las zorras tienen sus cuevas, y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni siquiera un sitio donde descansar.
Hacía algún tiempo, Pilato había arrestado a un bandido llamado Barrabás. Por eso, cuando Pilato preguntó si querían que soltara al rey de los judíos, algunos de ellos gritaron: «¡No, a ese no! ¡Deja libre a Barrabás!»
Cuando sacaron a Jesús, llevaba puesta la corona de espinas y vestía el manto rojo. Pilato dijo: —¡Aquí está el hombre!
Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no era capaz de hacer, ni podría haber hecho, porque nadie puede controlar sus deseos de hacer lo malo. Dios envió a su propio Hijo, y lo envió tan débil como nosotros, los pecadores. Lo envió para que muriera por nuestros pecados. Así, por medio de él, Dios destruyó al pecado.
Obedezcan también a los gobernantes. El emperador los ha puesto para castigar a los que hacen lo malo, y para premiar a los que hacen lo bueno.