Isaías 32:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Isaías les dijo a las mujeres: «Ustedes, mujeres irresponsables, oigan bien lo que les voy a decir. Escuchen bien mis palabras, ustedes, que viven tan tranquilas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. Biblia Nueva Traducción Viviente Escuchen, mujeres, ustedes que están acostumbradas a la buena vida. Escúchenme, ustedes que son tan engreídas. Biblia Católica (Latinoamericana) Mujeres despreocupadas, levántense, oigan lo que les digo; hijas demasiado confiadas, escuchen mis palabras. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh mujeres indolentes, levantaos! Damas confiadas, escuchad mis razones, y oíd mi voz: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mujeres descuidadas, levantaos, escuchad ni voz; hijas confiadas, atended a mi palabra: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. |
Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén: «Mujeres de Jerusalén, ustedes son tan orgullosas que andan con la cabeza levantada, miran a todos con desprecio, se menean al caminar y llaman la atención haciendo sonar los adornos que llevan en los tobillos.
19 (18) »Por todo el país se escuchan gritos y lamentos: “Estamos destruidos y llenos de vergüenza. Nuestras casas han sido derribadas; tenemos que abandonar nuestro país”.
20 (19) »¡Escúchenme bien, lloronas profesionales! ¡Presten atención a mis palabras! Enséñenles a sus hijas y amigas a entonar canciones fúnebres; enséñenles a cantar este lamento:
En las calles se mueren de hambre los que antes comían manjares; entre la basura se revuelcan los que antes vestían con elegancia.
»¡Así quedará esa ciudad orgullosa, que se sentía muy segura! ¡Así quedará la ciudad que se creía incomparable! ¡Quedará hecha un montón de ruinas, un refugio de animales salvajes! Los que la vean destruida se alegrarán y se burlarán de ella.
Cuando Jotam se enteró de que habían nombrado rey a Abimélec, subió a lo más alto del monte Guerizim, y desde allí gritó con voz muy fuerte: «¡Oigan, gente de Siquem, lo que voy a contarles! ¡Así tal vez Dios los oiga a ustedes!