Dios le contestó: —Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego!
Isaías 32:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual actuarán con prudencia, y hablarán con la verdad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. Biblia Nueva Traducción Viviente Hasta los impulsivos estarán llenos de sentido común y de entendimiento, y los que tartamudean hablarán con claridad. Biblia Católica (Latinoamericana) los indisciplinados tratarán de aprender y los tartamudos hablarán correctamente;' La Biblia Textual 3a Edicion El corazón del imprudente aprenderá sensatez, La lengua tartamuda hablará con soltura y claridad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El corazón de los atolondrados aprenderá a entender, la lengua de los tartamudos hablará claro y seguido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad. |
Dios le contestó: —Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego!
9 (10) Habrá en tus labios el gusto del buen vino que al correr moja y acaricia los labios y los dientes.
Los que estaban confundidos aprenderán a ser sabios; ¡hasta los más testarudos aceptarán mis enseñanzas!»
y digan a los tímidos: “¡Anímense, no tengan miedo! Dios vendrá a salvarlos, y a castigar a sus enemigos”.
»Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;
En ese momento, Jesús se dirigió a Dios y le dijo: «¡Padre, tú gobiernas en el cielo y en la tierra! Te doy gracias porque no mostraste estas cosas a los que saben mucho y son sabios, sino que las mostraste a los niños.
Jesús le dijo: —¡Bendito seas, Pedro hijo de Jonás! Porque no sabes esto por tu propia cuenta, sino que te lo enseñó mi Padre que está en el cielo.
Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús.
Los apóstoles siguieron anunciando el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se convirtieron en seguidores de Jesús, y muchos sacerdotes judíos también creyeron en él.
Solo habían oído decir: «Ese hombre, que antes nos hacía sufrir, está ahora anunciando la buena noticia que antes quería destruir.»