Permíteme cantarte alabanzas en compañía de tu pueblo elegido; ¡permíteme disfrutar de su bienestar y alegría!
Isaías 26:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Abran los portones de Jerusalén, pues por ellos entrará un pueblo justo y fiel. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Biblia Nueva Traducción Viviente Abran las puertas a todos los que son justos; dejen entrar a los fieles. Biblia Católica (Latinoamericana) Abran las puertas para que entre la gente buena,
que cumple fielmente La Biblia Textual 3a Edicion ¡Abrid las puertas y entrará un pueblo justo que guarda la fidelidad! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Abrid las puertas, para que entre la nación justa que se ha mantenido leal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Abrid las puertas, para que entre la nación justa que guarda la verdad. |
Permíteme cantarte alabanzas en compañía de tu pueblo elegido; ¡permíteme disfrutar de su bienestar y alegría!
¡Ábranme paso, puertas del templo de Dios! Por ustedes solo pasan los que Dios considera justos. ¡Ábranme paso, que quiero darle gracias a Dios!
«¡Abran los portones de Jerusalén! ¡Dejen abiertas sus antiguas entradas! ¡Está pasando el Rey poderoso!»
Ustedes serán mis sacerdotes ante todo el mundo, y se apartarán de todo para servirme solo a mí».
Sin embargo, nadie ha hecho un arma capaz de destruirte. »Israel, tú harás callar a todo el que te acuse, porque yo, el único Dios, hago triunfar a los que me adoran. Te juro que así será».
»Los que ayunan así brillarán como la luz de la aurora, y sus heridas sanarán muy pronto. Delante de ellos irá la justicia y detrás de ellos, la protección de Dios.
»Los portones de Jerusalén no se cerrarán ni de día ni de noche; así las naciones, bajo la guía de sus reyes, podrán traerles sus riquezas.
»Nunca más se oirá en Israel el ruido de la violencia, ni habrá destrucción ni ruina: a las murallas de Jerusalén las llamarán “Salvación”, y a sus portones “Alabanza”.
»En Jerusalén solo vivirá gente honrada que será la dueña del país. Será como los brotes de una planta que yo mismo plantaré; será la obra de mis manos que manifestará mi poder.
para cambiar su derrota en victoria, y su tristeza en un canto de alabanza. »Entonces los llamarán: “Robles victoriosos, plantados por Dios para manifestar su poder”.
Isaías dijo: «Por amor a ustedes, habitantes de Jerusalén, no me callaré. Por amor a ustedes, no descansaré hasta que Dios les dé la victoria. Cuando Dios los salve, ustedes brillarán como el sol al amanecer.
Isaías continuó diciendo: «¡Habitantes de Jerusalén, salgan por los portones de la ciudad, preparen un camino para el pueblo! Háganlo con cuidado, quítenle las piedras y pongan señales que sirvan de guía a las naciones.
»Israelitas, las naciones verán cuando Dios los salve, y todos los reyes de la tierra reconocerán su grandeza. Entonces Dios les dará un nombre nuevo,
»Vendrán muchos pueblos y naciones, y pasarán de una ciudad a otra diciéndole a la gente: “Busquen la bendición de Dios. Nosotros también la buscaremos”. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será.
Juntos alababan a Dios, y todos en la ciudad los querían. Cada día el Señor hacía que muchos creyeran en él y se salvaran. De ese modo, el grupo de sus seguidores se iba haciendo cada vez más grande.
Pero ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado, y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.
Pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, donde todo será bueno y justo.
Amados hermanos en Cristo, hace tiempo que he querido escribirles acerca de la salvación que Dios nos ha dado. Ahora les escribo para pedirles que luchen y defiendan la enseñanza que Dios ha dado para siempre a su pueblo elegido.
Gente de todos los países caminará a la luz que sale de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus riquezas.
Y todos ellos cantaban esta nueva canción: «Solo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios, a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.