Sabía también que las palabras de Su Majestad me calmarían, porque usted es como un ángel de Dios: ¡siempre sabe lo que se debe hacer! ¡Que Dios lo bendiga!
Isaías 11:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual »No juzgará por las apariencias, ni se guiará por los rumores, pues su alegría será obedecer a Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; Biblia Nueva Traducción Viviente Él se deleitará en obedecer al Señor; no juzgará por las apariencias ni tomará decisiones basadas en rumores. Biblia Católica (Latinoamericana) No juzgará por las apariencias
ni se decidirá por lo que se dice, La Biblia Textual 3a Edicion Se deleitará en el temor de YHVH, No juzgará según la vista de sus ojos, Ni arbitrará por lo que oigan sus oídos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se complacerá en el temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, no decidirá de oídas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le hará diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oyeren sus oídos; |
Sabía también que las palabras de Su Majestad me calmarían, porque usted es como un ángel de Dios: ¡siempre sabe lo que se debe hacer! ¡Que Dios lo bendiga!
El rey le dijo a la mujer: —Regresa a tu casa, que yo me ocuparé de tu problema.
Todo el pueblo de Israel escuchó cómo el rey había solucionado este problema. Así Salomón se ganó el respeto del pueblo, porque ellos se dieron cuenta de que Dios le había dado sabiduría para ser un buen rey.
Solo él te hará entender lo que es bueno y justo, y lo que es siempre tratar a todos por igual.
nos haces vivir seguros; tu sabiduría y tus conocimientos nos han dado la salvación; ¡el obedecerte es nuestro tesoro!
El gobernador de Israel tendrá su propio terreno, así que no deberá quitarle terreno a nadie. Cada tribu de Israel tendrá su propio terreno.
Dios mismo dictará sentencia contra naciones y pueblos lejanos, y ellos convertirán sus espadas en herramientas de trabajo. Nunca más nación alguna volverá a pelear contra otra, ni se entrenará para la guerra.
Mientras tanto, Jesús seguía creciendo en sabiduría y en estatura. Dios y toda la gente del pueblo estaban muy contentos con él, y lo querían mucho.
No digan que algo está mal solo porque así les parece. Antes de afirmar algo, deben estar seguros de que así es.
En cambio, los que sí saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y están acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede comer alimentos sólidos.
Pero Dios le dijo: «Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón».