Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa ya será madre de un hijo. Sara estaba a la entrada de la tienda, detrás de Abraham, escuchando lo que decían.
Génesis 18:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Los visitantes le preguntaron: —¿Y dónde está tu esposa? Abraham les respondió: —Está dentro de la tienda. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Dónde está Sara, tu esposa? —preguntaron los visitantes. —Está dentro de la carpa —contestó Abraham. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces le preguntaron: '¿Dónde está Sara, tu esposa?' El les respondió: 'Está dentro, en la tienda. La Biblia Textual 3a Edicion Después le dijeron: ¿dónde está tu mujer Sara? Y él dijo: He aquí, está en la tienda. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dijeron: '¿Dónde está Sara, tu mujer?'. Contestó: 'Está ahí, en la tienda'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu esposa? Y él respondió: Aquí en la tienda. |
Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu esposa ya será madre de un hijo. Sara estaba a la entrada de la tienda, detrás de Abraham, escuchando lo que decían.
Además del ternero, Abraham les ofreció a sus invitados mantequilla y leche. Mientras ellos comían, Abraham se quedó de pie bajo un árbol, atento para servirles.
Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Así fue como Rebeca llegó a ser su esposa, y él la amó mucho. Esto le ayudó a Isaac a olvidar la muerte de su madre.
Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, y luego en la tienda de Lía y de las dos esclavas, pero no encontró nada; finalmente entró en la de Raquel.
Más tarde, Dios le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? Y Caín le respondió: —No lo sé. ¡No tengo por qué cuidarlo!
También deben enseñarles a pensar bien lo que van a hacer, y a ser dueñas de sí mismas, a atender bien a su familia y sujetarse a su esposo. Así nadie podrá hablar mal del mensaje de Dios.
Abraham confió tanto en Dios que vivió como un extranjero en el país que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, igual que Isaac y Jacob, a quienes Dios también les había prometido ese país.