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Génesis 18:12 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

así que ella se rio y dijo entre dientes: «Eso sería muy bonito, pero mi esposo y yo estamos muy viejos para tener un hijo».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que se rio en silencio dentro de sí misma, y dijo: «¿Cómo podría una mujer acabada como yo disfrutar semejante placer, sobre todo cuando mi señor —mi esposo— también es muy viejo?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sara se rió, mientras pensaba: 'Ahora que soy anciana, ¿haré el amor con mi marido que es tan viejo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y se rió Sara en sus adentros, diciendo: ¿Después de mi menopausia he de tener placer, siendo mi señor° anciano?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Rióse, pues, Sara en su interior, pensando: '¿Voy a conocer yo el placer, ahora que ya estoy desgastada y con un marido viejo?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

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Lòt tradiksyon



Génesis 18:12
12 Referans Kwoze  

Abraham se inclinó ante Dios y entre dientes dijo: «¿Cómo voy a tener un hijo, si ya tengo cien años? ¿Y cómo va a tener un hijo Sara, si ya tiene noventa?» Así que se echó a reír,


Entonces Dios le dijo a Abraham: —¿De qué se ríe Sara? ¿Acaso no cree que puede ser madre, a pesar de su edad?


Eliseo le dijo: —El próximo año, por estas fechas, llevarás en tus brazos un hijo tuyo. La mujer respondió: —Usted es un profeta de Dios y yo soy su servidora. Por favor, no me mienta.


De los labios nos brotaban risas y cánticos alegres. Hasta decían las demás naciones: «Realmente es maravilloso lo que Dios ha hecho por ellos».


11 (12) Su Majestad te desea; tu hermosura lo cautiva. Harás todo lo que te pida, pues pronto será tu esposo.


En todo caso, el esposo debe amar a su esposa, como si se tratara de sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.


Así fue Sara, pues obedecía a Abraham y lo llamaba «señor». Si ustedes hacen el bien y no tienen miedo de nada, serán como ella.


Estaba amaneciendo cuando la mujer volvió a la casa del anciano, donde estaba su esposo; cayó de bruces delante de la puerta, y así se quedó hasta que se hizo de día.