»Después de eso llama a los hijos de Aarón, y conságralos como mis sacerdotes. Vístelos con los mantos que se hicieron para ellos; ajústales el cinturón y el gorro, lo mismo que a Aarón. De ahora en adelante todos mis sacerdotes serán por ley descendientes de Aarón.
y derrama aceite sobre ellos para consagrarlos como mis sacerdotes. A partir de ese momento, y gracias al aceite de consagrar, los descendientes de Aarón y de sus hijos serán mis sacerdotes para siempre».
Finalmente, Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y les puso sus mantos sacerdotales, se los ajustó con sus cinturones, y les puso los gorros, tal como Dios se lo había ordenado.
Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él. Gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones.
Dios los ha unido a ustedes con Cristo, y gracias a esa unión ahora ustedes son sabios. Dios los ha aceptado como parte de su pueblo, y han recibido la vida eterna.