Es tan agradable ver esto como oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los pies.
Éxodo 30:30 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual »Este mismo aceite lo usarás cuando consagres como sacerdotes míos a Aarón y a sus hijos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Biblia Nueva Traducción Viviente »Unge a Aarón y a sus hijos, a fin de consagrarlos para que me sirvan como sacerdotes. Biblia Católica (Latinoamericana) Ungirás también a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. La Biblia Textual 3a Edicion Y ungirás a Aarón y a sus hijos y los santificarás para que sean mis sacerdotes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ungirás y consagrarás a Aarón y a sus hijos para que sean mis sacerdotes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. |
Es tan agradable ver esto como oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los pies.
Ordenarás que Aarón y sus hijos se vistan con estos trajes, y entonces les pondrás aceite sobre la cabeza para consagrarlos como mis sacerdotes.
Cuando lo hagas, todos esos muebles y utensilios quedarán dedicados a mi servicio y deberán considerarse como objetos muy especiales. Todo lo que entre en contacto con ellos quedará también dedicado a mi servicio.
Comunícale al pueblo que ese es el aceite que usarán siempre para dedicar a mi servicio todo objeto.
y derrama aceite sobre ellos para consagrarlos como mis sacerdotes. A partir de ese momento, y gracias al aceite de consagrar, los descendientes de Aarón y de sus hijos serán mis sacerdotes para siempre».
Entonces Moisés le dijo a Aarón: —Esto es lo que Dios tenía en mente cuando dijo: “Quiero que mis sacerdotes me obedezcan, y que todo el pueblo me alabe”. Y Aarón se quedó callado.
Luego derramó aceite sobre la cabeza de Aarón, y así lo consagró como sacerdote.
Moisés derramó sobre Aarón y sus hijos el aceite para la consagración y la sangre que estaba sobre el altar. También roció sus trajes sacerdotales.