Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
Éxodo 15:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pero tú soplaste con fuerza y los hundiste en el mar. ¡En medio de las aguas poderosas se hundieron como plomo! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero tú soplaste con tu aliento, y el mar los cubrió. Se hundieron como plomo en las poderosas aguas. Biblia Católica (Latinoamericana) Mandaste tu soplo y el mar los cubrió,
y se hundieron como plomo en las aguas majestuosas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero soplaste con tu viento, Y los cubrió el mar, Se hundieron como el plomo En las aguas impetuosas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Soplaste con tu aliento y el mar los cubrió, se hundieron, como plomo, en las procelosas aguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Soplaste con tu viento, los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. |
Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
»Ante nuestros antepasados dividiste el mar en dos, para que cruzaran por tierra seca. Pero a los egipcios los hundiste en el agua; ¡los hiciste caer como piedras hasta el fondo del mar!
Dios nos trae las nubes desde lo más lejano de la tierra. Dios nos manda los relámpagos que anuncian la lluvia. Dios saca el viento del lugar donde lo tiene guardado.
Pero Dios da una orden y el hielo se derrite; ¡hace que el viento sople, y el agua vuelve a correr!
Moisés, por su parte, extendió su brazo sobre el mar, y Dios hizo que un fuerte viento soplara durante toda la noche. El viento partió el mar en dos, y en medio dejó un camino de tierra seca.
»Al cielo nadie ha subido; del cielo nadie ha bajado. No hay nadie que pueda retener el viento en un puño, ni envolver el mar en un manto. Nadie sabe quién puso los límites de la tierra; ¡nadie lo conoce, ni sabe quién es su hijo!
Dios secará el Mar de los Juncos. Enviará un viento caluroso sobre el río Éufrates, y lo dividirá en siete arroyos para que lo puedan cruzar a pie.
»Basta una palabra de Dios para que rujan los cielos y aparezcan las nubes en el horizonte. En medio de fuertes relámpagos, y de vientos huracanados, Dios hace que llueva.
»Yo soy quien hizo el viento y las montañas; yo soy quien convierte la luz del día en oscuridad; yo soy quien comunica sus planes a la humanidad entera; yo soy el que camina por las alturas de la tierra; ¡yo soy el poderoso Dios de Israel!»
Los discípulos preguntaban asombrados: —¿Quién será este hombre, que hasta el viento y las olas lo obedecen?