Yo voy a enviar sobre la tierra una lluvia tan fuerte que acabará con todo lo que tenga vida en este mundo. ¡No quedará nada con vida!
Éxodo 14:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Como yo haré que los egipcios se pongan tercos, ellos van a ir tras ustedes, pero entonces yo los destruiré. Y cuando haya derrotado al rey, y a todos sus ejércitos y carros, los egipcios sabrán que yo soy el Dios de Israel. ¡Voy a demostrarles mi gran poder! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; Biblia Nueva Traducción Viviente Yo endureceré el corazón de los egipcios y se lanzarán contra los israelitas. La grandeza de mi gloria se manifestará por medio del faraón y de su ejército, sus carros de guerra y sus conductores. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, mientras tanto, endureceré el corazón de los egipcios para que salgan en persecución de ustedes, y me haré famoso a costa de Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de su caballería. La Biblia Textual 3a Edicion Y Yo, por mi parte, endureceré el corazón de los egipcios para que entren tras ellos, y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, en su carro,° y en sus jinetes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo endureceré el corazón de los egipcios y entrarán detrás de ellos. Me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo, he aquí yo endureceré el corazón de los egipcios, para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón, y en todo su ejército, y en sus carros y en su caballería. |
Yo voy a enviar sobre la tierra una lluvia tan fuerte que acabará con todo lo que tenga vida en este mundo. ¡No quedará nada con vida!
Los egipcios se fueron tras los israelitas por el camino abierto en el mar. Los persiguieron con sus caballos y sus carros de guerra.
Yo haré que el rey se ponga terco y vaya a perseguirlos. Pero cuando lo haga, destruiré su ejército y le mostraré mi gran poder. Así sabrán los egipcios que yo soy Dios». Los israelitas hicieron lo que Dios les mandó hacer.
Ya Dios le había dicho: «Cuando llegues a Egipto, haz delante del rey todas las maravillas que te he ordenado hacer con la vara. Yo haré que el rey se ponga terco y no deje salir al pueblo.
Por eso te he ordenado que lo dejes salir para que me adore. Como no lo has dejado ir, ahora voy a quitarle la vida a tu primer hijo”».
Él no les hará caso, ni los dejará salir, porque yo haré que se ponga terco. Pero serán tantas las señales terribles y asombrosas que haré en Egipto, que él los dejará ir. Descargaré sobre los egipcios todo mi poder, y los castigaré; ¡así le haré justicia a mi pueblo Israel, y lo sacaré de Egipto como un ejército! ¡Esos egipcios van a saber que yo soy el Dios de Israel!
Fui yo quien lo dijo; fui yo quien hizo venir a Ciro, y quien siempre le dará la victoria.
Dios dijo: «Soy yo mismo el que los anima. ¿Por qué le tienen miedo a simples seres humanos que no son más que hierba?
»Si me desobedecen, abandonaré a Jerusalén, la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados. De tal manera los humillaré y los avergonzaré, que nunca podrán olvidarlo. ¡Los lanzaré lejos de aquí!»
“¡Ustedes, que adoran dioses falsos en las montañas de Israel, presten atención a mi mensaje! Voy a destruirlos a todos, junto con los pequeños templos donde adoran a esos dioses.
»Yo atacaré a Israel y a Judá con la misma furia de un león. Los agarraré y los haré pedazos, y no habrá quien los salve. Luego los dejaré por un tiempo, y esperaré a que se arrepientan; cuando reconozcan que me han ofendido, se llenarán de angustia y me buscarán.»
Entonces Moisés le dijo a Aarón: —Esto es lo que Dios tenía en mente cuando dijo: “Quiero que mis sacerdotes me obedezcan, y que todo el pueblo me alabe”. Y Aarón se quedó callado.
yo me enfrentaré a ustedes y los castigaré todavía más de lo que merecen sus pecados.
Así que todo depende de lo que Dios decida hacer: él se compadece de quien quiere, y a quien quiere lo vuelve terco.
¡Dense cuenta ahora de que yo soy el único Dios! Solo yo sano las heridas; ¡solo yo doy la vida, y solo yo puedo quitarla! ¡De mí no se escapa nadie!
Dios mismo hizo que los enemigos se pusieran tercos y ofrecieran resistencia. Lo hizo para que los israelitas los destruyeran por completo, sin compasión, tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.
Dios hará que Sísara, el jefe del ejército de Jabín, vaya al arroyo Quisón para atacarte con sus soldados y sus carros. Pero Dios les dará a ustedes la victoria.
»No vayan a portarse como el rey de Egipto y su gente. Ellos se pusieron muy tercos, y solo cuando Dios los castigó duramente dejaron que los israelitas se fueran de Egipto.