Si cuando todavía éramos sus enemigos, Dios hizo las paces con nosotros por medio de la muerte de su Hijo, con mayor razón nos salvará ahora que su Hijo vive, y que nosotros estamos en paz con Dios.
Efesios 2:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Por medio de su muerte en la cruz, Cristo puso fin a la enemistad que había entre los dos grupos, y los unió, formando así un solo pueblo que viviera en paz con Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Biblia Nueva Traducción Viviente Cristo reconcilió a ambos grupos con Dios en un solo cuerpo por medio de su muerte en la cruz, y la hostilidad que había entre nosotros quedó destruida. Biblia Católica (Latinoamericana) Destruyó el odio en la cruz y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz. La Biblia Textual 3a Edicion y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo° por medio de la cruz, matando en ella la enemistad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y para conciliar con Dios a unos y a otros, en un solo cuerpo, por medio de la cruz, matando en ella la enemistad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades. |
Si cuando todavía éramos sus enemigos, Dios hizo las paces con nosotros por medio de la muerte de su Hijo, con mayor razón nos salvará ahora que su Hijo vive, y que nosotros estamos en paz con Dios.
Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna.
Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no era capaz de hacer, ni podría haber hecho, porque nadie puede controlar sus deseos de hacer lo malo. Dios envió a su propio Hijo, y lo envió tan débil como nosotros, los pecadores. Lo envió para que muriera por nuestros pecados. Así, por medio de él, Dios destruyó al pecado.
Los que no controlan sus malos deseos solo piensan en hacer lo malo. Son enemigos de Dios, porque no quieren ni pueden obedecer la ley de Dios.
Aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque comemos de un solo pan.
En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.
Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley, y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, un solo pueblo amigo.
Y este es el plan secreto: por medio de Jesucristo, también los que no son judíos pueden recibir la salvación y las promesas dadas al pueblo de Israel, y formar con Israel un solo pueblo. Todo lo que ustedes tienen que hacer es aceptar esa buena noticia.
Solo hay una iglesia, solo hay un Espíritu, y Dios los llamó a una sola esperanza de salvación.
La ley escrita estaba en contra de nosotros, pero Dios le puso fin por medio de la muerte de Cristo en la cruz.
Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos.